CAP 15.5 - UN PASE GRATIS

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—¿Cuánto tiempo llevamos remando? —pregunto cansado.

—Solo un par de días. —responde Eylin mientras mira las estrellas que brillan a lo alto del cielo junto con la luna.

Suspiro cansado e Yvander también. Aunque Eylin ayuda dando brisas de aire de vez en cuando, igual debemos hacer la mayor parte del trabajo físico.

—Tomen, chicos. —dice mientras nos alcanza una cantimplora pa' ca' uno y unos sánguches que nos dieron antes de irnos.

Los tres comemos en silencio, con el susurro del viento y olas que mecen el bote de manera relajante. Luego de tomar un par de sorbos, descansamos un rato más antes de sacar la vela improvisa' que hicimos y dejando que Eylin nos guíe con su aire y navegación.

—¿'Tamos lejos? —pregunta Yvander, mientras mira el mapa de Eylin—. ¿Y cuánto falta pa' llamar a la Capitana?

—Mmm unos quince minutos más. —responde aún concentra' en el ventarrón de la vela—. ¿Crees que habrá pasao' algo emocionante en el barco? —pregunta y yo río.

—Lo más emocionante que podría pasar sería una batalla con otro barco. —bufo—. No creo que pase na' chévere por ahí.

—Una tormenta no les haría daño. —agrega Yvander asintiendo con la cabeza.

Un silencio incómodo nos envuelve hasta que Eylin rueda los ojos y murmura "hombres..."

—A eso no me refería, lornas. —dice e Yvander y yo cruzamos mira'as confundi'os. Ella suspira al ver nuestras caras y sigue—. ¿Sa'en lo interesante que es tener a un príncipe en un barco pirata? —pregunta emocionada, pero ambos negamos con la cabeza—. Lo sabía, uste's no tienen el sexto sentido de una dama. —termina.

No lo quise hacer, pero una carcajada salió de mí y me gané una fría ráfaga de aire que me despeinó.

—Ríete. No sa'es las posibila'es. El príncipe y la capitana o el príncipe y una del Réquiem o...—se detiene al ver aún nuestras caras aún más confundidas—. Esto va'ser un viaje aburri'o pa' mí.

Al momento que dice eso, un cañón suena detrás nuestro y nos ponemos en alerta, Eylin detiene el aire de la vela y nos ponemos en posición. Un barco grande camuflado con el negro de la noche se acerca lentamente a nosotros.

—Digamos que'stamos a la deriva. Nuestro barco se hundió y veamo'a dónde se dirigen. —ordena Yvander y ambos aceptamos su orden con un "ayye" suave.

Resulta que, de cerca, no era un barco tan grande. Al menos es más pequeño que'l nuestro, lo que explica lo rápi'o que llegó aquí.

—¡¿Quién anda'hí?! —se escucha una voz profunda desde lo alto.

—¡Por favor, no disparen! —grita Eylin en un tono de perfecta desesperación—. Somos sobrevivientes, solo intentamos llegar a la costa. Somos tres, mi nombre es Elena. —explica rápido cambiando su nombre real. Eso jamás se me hubiera ocurrido.

Lanzan una escalera de cuerda que subimos con cuidao'. Elena nos guía esta vez, los hombres siempre tienen debilida' por las mujeres. Una vez arriba, un hombre robusto de barba larga nos recibe con cara de pocos amigos.

—Elena, ¿decías? —con una sonrisa chueca—. ¿Y qué te hace pensar que te creeré? La mar 'sta llena de mentirosos.

Al mismo tiempo que dice eso, el resto de la tripulación nos rodea. Yvander y yo nos hacemos más pequeños, siguiendo el acto de Eylin, pero los tres sa'emos que podemos con ellos.

—¡S-Sí! Un barco nos atacó y tuvimos que huir. No buscamo' problemas, solo queremos volver pa' casa. —agrega Yvander.

Una sonrisa maliciosa le cruzó la cara al regordete y acortó la distancia con Eylin, invadiendo su espacio personal, mientras la toma del mentón.

—Si fueron ataca'os, ¿por qué los dejó huir? —pregunta mientras la acecha.

Doy un paso inconsciente porque no me gusta su cercanía, pero una mirada molesta de Yvander me detiene. A él tampoco le gusta cómo la'sta tocando, pero debe hacerlo sola.

—D-Dijo que quería divertirse. —dice fingiendo nervios—. Y nos dio un m-minuto pa'salir de su vista. —señala hacia nuestro bote con dedo tembloroso—. Hicimos una vela y con mi viento lo-logramos huir. —termina.

Se queda mirándonos por largo rato hasta que por fin la suelta.

—Marineros astutos, de'sos no se encuentran muchos. —dice y se da media vuelta—. ¿Sa'en dónde'stan? —pregunta.

—No... llevamos cuatro días en altamar. —esta vez hablo yo.

Se voltea para observarnos nuevamente con una mirada emociona'.

—¡Los dioses'tan con nosotros chicos! Bienvenidos...—dice la última palabra en un susurro.

Nos dejan pasar a la oficina del capitán y esperamos. El regordete parece que era el segundo, ¿qué clase de capitán tendrán? Después de varios minutos, Eylin nos hace con una seña que ya debemos contactar a la capitana. Eso no'es bueno. Por fin se aparece alguien poco más joven. Me atrevería'decir en sus treinta y pico.

—Así que me dicen que necesitan ayuda. —dice con una voz espeluznante—. ¿Qué clase de ayuda? —pregunta.

—B-Bueno, el lugar que'ste más cerca si s-se podría...—dice Eylin juntando sus manos nerviosa.

Desenrolla un mapa por la mesa y con el dedo nos muestra que se dirigen a Terramara. Eso nos llevará cerca de Mystaraeth. Los tres ocultamos nuestras expresiones.

—Nos encantaría poder ayudar, si nos permiten continuar con ustedes en... en el barco hasta ahí. —dice Yvander con respeto.

Después de pensarlo un buen rato, el regordete le dice algo al oído y el capitán nos evalúa desde su asiento.

—Bien, parece que podrán ayudarnos en algunas cosas. —dice al mismo tiempo que entran cinco personas.

Eso no puede ser bueno...

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