Capítulo 23

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-¿Segura que no te importa?- pregunta Hoseok por tercera ocasión.

-No te preocupes Hobi- Ania sonríe dulcemente- Yoongi no debe tardar en llegar y además no soy una niña pequeña como para tener miedo a quedarme sola.

-Bueno- se rasca la cabeza un tanto frustrado- si no fuera en verdad importante no me iría temprano.

-Lo se-asiente ella- tú también tienes cosas importantes por hacer y no quiero que te detengas por mí. Siempre estás a mi lado, mereces tu espacio también.

-Gracias- le da un beso en la frente y se marcha.

Hoseok tiene algunos compromisos personales de los cuales no entro en detalles con Ania, más, sin embargo, ella nunca lo cuestiona cuando le pide tiempo libre, pues él siempre ha estado para ella y él también merece su tiempo libre.

Ania escucha cerrar la puerta principal, está sola en casa, Jin también se marchó temprano porque iba a ir al supermercado para comprar la despensa y algunos utensilios que necesitaba para la cocina. Según él, yoongi le da toda la libertad de comprar lo que quiera y decidir por su cuenta el menú de las comidas.

Sentada, sola en la sala, Ania balancea sus pies mientras espera la llegada de Yoongi con ansias. Alguien llama a la puerta, lo que la hace ponerse nerviosa, pues si fuera alguno de los chicos no llamaría, simplemente entraría con la clave de acceso.

-Tal vez sea un vendedor- murmura Ania para sí misma. Se pone en pie y camina hacia la puerta principal.

"No abras la puerta si no es nadie que no conoces" Las palabras de Hobi resuenan en su mente. Busca tentando la pared la pequeña pantalla en donde se supone puedes ver a la persona que está afuera en la puerta, Ania se limita a buscar el botón del altavoz.

 -¿Sí? ¿Quién es?- Pregunta Ania por el altavoz acercándose a la pared.

-Paquetería para... el Sr. Min Yoongi- se escucha una voz  de hombre desconocida por el altavoz.

-Ah, sí, déjela en el suelo- pide Ania.

-Señorita, necesito una firma de recibido- insiste el hombre.

-Un momento por favor- Ania apaga el micrófono.  Camina lentamente hacia la puerta y la abre. Se asegura de solo abrir media puerta, extiende sus manos para recibir las hojas para firmar, pero en su lugar el hombre  empuja la puerta  y la hace caer de espaldas.

-¿Tu mami no te enseño a no abrirle la puerta a desconocidos?- se burla el hombre de ella.

El hombre viste un traje de repartidor de moto, delgado y muy alto. Nadie sospecharía cuáles fueran sus intenciones, ni siquiera alguien con buena vista.

El cuerpo de Ania comienza a temblar, llena de miedo. El hombre la toma por los cabellos y la arrastra hasta la sala. Ania patalea al aire, pero ella es muy pequeña y débil en comparación al hombre.

-Shhh tranquila, no te voy a hacer nada- le acaricia la mejilla- tengo un mensaje para ti.

La suelta y Ania abraza sus piernas recargando la espalda en el sofá, su cuerpo tiembla incontrolablemente. Si grita es probable que nadie la escuche y el hombre se moleste por ello. Si corre es probable que tropiece antes de llegar a la puerta o que sus piernas se nieguen a obedecer.

"¿Por qué tan serio?"  Se escucha la voz de una mujer ya conocida, parece ser una grabación de voz. "Te encanta cuando llego a tu oficina y me embistes sin importar quién escuche"

""¿Qué haces aquí?"   

-Yoongi- murmura Ania  con la voz quebrada al escuchar su voz.

"Puedes cogernos a las dos" No soy celosa"  "¿Crees que podrás hacer con ella lo que hacías conmigo?"

ciega de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora