Capitulo 27

374 38 8
                                        

Min Yoongi

La cabeza no para de darme vueltas ¿Qué ha pasado con Ania? Estoy seguro de que ella me ha puesto a prueba de alguna manera y como estúpido me deje llevar por mi atracción física hacia ella. Pero yo le pregunte, le pregunte si es lo que quería, pero tal parece que ella no estaba lista.

Me preocupa haberla lastimado, me preocupa que ella piense que es lo único que quiero de ella.  Y ahora estoy  por cagarla más. Más, sin embargo, de una cosa estoy seguro, si no me presento hoy con Alessa es capaz de hacer cualquier cosa.

Llamo a la habitación de hotel que reserve para ella, nuestro viaje planeado es a la isla Jeju, tenemos un par de horas libres en esta habitación antes de emprender el viaje. Mi purgatorio empieza ahora.

-Mi amor, ya estás aquí- Alessa se lanza a rodearme con sus brazos en cuanto abre la puerta- te estaba esperando para que me ayudes a escoger mi lencería.

Me quedo paralizado sin saber como responder, ella me toma del brazo y me arrastra hacia la habitación. Una melodía de jazz resuena por el lugar, en el suelo hay un par de maletas abiertas sin terminar y sobre la cama se encuentran distintos conjuntos de lencería, algunos nuevos y otros ya conocidos. 

-¿Quieres beber algo?- me pregunta cuando me empuja a la cama y caigo sentado sobre algunas tangas.

-Una copa no me vendría mal- para quitar el sabor amargó de la boca. Para eliminar la imagen de Ania llorando bajo mi cuerpo, para eliminar aquel recuerdo.

-Por supuesto- camina hacia el bar de la habitación moviendo las caderas. Toma una botella y me sirve en una copa, ella le bebe un sorbo y me la entrega sonriendo. 

Sin que se dé cuenta, giro la copa asqueado para no beber de donde ella lo hizo.

-¿Y bien qué te parece?- me pregunta expectante- ¿qué quiere mi daddy que me ponga?

-Sabes bien que con cualquier cosa luces perfecta- sonrió de manera fingida- o a veces nada es mejor.

-MM mm- ronronea como gato- ¿sabes que tenemos un par de horas libres? ¿Qué se te ocurre para matar el tiempo?

-Dormir- digo cansado- anoche no dormí nada, para dejar el trabajo lo menos acumulado posible.

Le miento, no dormí nada pensando en ir a la habitación de Ania, para disculparme por mi falta de tacto, para preguntarle sobre lo sucedido y arreglar las cosas con ella, más sin embargo, fui un cobarde y no tuve el valor de enfrentarme a ella. 

Alessa sonríe y se sube a la cama, gatea por mis espaldas y se pone de rodillas colocando sus brazos sobre mis hombros, comenzando a proporcionarme un masaje. 

-Ah- no puedo evitar quejarme.

-Uy, estás muy tenso- murmura a mi espalda- yo conozco el mejor remedio para que olvides todos tus males.

Cierro los ojos dejándome llevar por sus caricias, ella masajea mis hombros, mi cuello, mi espalda. Todo mi cuerpo parecía estar en tensión, pero ahora poco a poco me voy relajando.

Ella se detiene y me quita la copa de mis manos, la lanza al suelo sin importarle que esta se rompa. Me obliga a acostarme boca abajo, se sienta sobre mi trasero y comienza a masajear toda mi espalda.

Tal vez si lo necesite, solo una vez... solo para olvidarme de ese amargo recuerdo. No, no puedo hacer esto, yo la quiero a ella. Yo...

-Girate- me ordena alzando su cuerpo para permitirme girarme- solo voy a masajearte.

Le obedezco y me giro sin abrir los ojos, ella se sienta sobre mi miembro. Siento como mete sus manos por debajo de mi camisa y comienza a masajearme,   ella se inclina hacia mí y comienza a besarme el cuello. Sus manos recorren todo mi cuerpo, abro mis ojos y la veo a ella, tierna, pura e inocente, tocándome con una sonrisa en sus labios, esta vez no hay lágrimas en su rostro, esta vez solo hay lujuria.

-Ania- murmuran mis labios.

-Puedo ser lo que tú quieras- responde ella sonriendo. Cierro los ojos y siento como comienza a masajear el bulto de mi pantalón creciendo. Sin que sea consiente de todo, ya me encuentro desnudo sobre la cama y ella montándome con ritmo desenfrenado.

Abro los ojos de golpe y no la veo a ella. Esto está mal. No puedo hacerlo, no puedo hacerle esto a ella. La empujo con todas mis fuerzas y ella cae de espaldas en la orilla de la cama.

-¡Hay sí! ¡Dame rudo! ¡Como a mí me gusta!- ella abre las piernas al aire, esperando por mí.

-Yo...

Antes de que pueda negarme mi teléfono comienza a sonar. Gateo por la cama y paso a su lado ignorándola por completo. Busco mi pantalón que termino en la esquina de la habitación, extraigo mi teléfono y noto que se trata de uno de mis amigos. Jung Kook, se supone que está haciendo sus residencias en el hospital de Seúl.

-AMOR, VEN A LA CAMA- me pide Alessa aún con las piernas al aire.

-Dame un momento- le digo tratando de recobrar el aire.

-oh ¿Qué pasa Jung kookie?- le llamo de manera cariñosa-¿cómo te va en el hospital?

La manera en que nos hicimos amigos fue por Jin, lo conocí cuando aún era un pequeño engreído y ahora le pago su matrícula para que cumpla su sueño de ser doctor. 

-Hyung no se como decirle esto- su voz se nota nerviosa- pero es necesario que vengas al hospital ahora mismo.

-¿Qué sucede?- pregunto intrigado- no me digas que te metiste en problemas. Te pago la matrícula para qué...

-Es su esposa- me interrumpe-tuvo un accidente automovilístico junto a su guardaespaldas, Hoseok hyung.

-¿Cómo está?- mi corazón se paraliza al igual que mi respiración.

-No puedo darle informes médicos por teléfono, es mejor que venga. Como amigo, lo único que puedo decirle es que las cosas no pintan bien.

-Voy enseguida- murmuro.

-Con cuidado- Jungkook corta la llamada.

Comienzo a juntar mi ropa y a vestirme. Ania, mi Ania está en peligro ¿Qué habrá pasado? ¿Quién habrá sido el responsable? ¿Cómo está ella? No puedo perderla, no puedo...

-¿Qué sucede?- pregunta Alessa abandonando su posición y la cama- ¿A dónde vas?

-Ania tuvo un accidente de auto- trato de ponerme los pantalones- carajo.

-¡¿Y a mí qué mierda me importa?!- se cruza de brazos- ¡Tú prometiste estar conmigo toda una semana! ¡Y ahora me cumples!

-¡Carajo! ¡¿Qué no escuchaste?!- elevo la voz- ¡Ella está en el hospital! ¡Y tal vez por mi culpa!

-¡ME IMPORTA UN CARAJO!- se coloca frente a la puerta impidiéndome pasar- ¡POR MÍ QUE SE MUERA LA PERRA!

-¡CALLATE!- la empujo para pasar por la puerta- de todas maneras esto no debió pasar.

-¡Si te vas, Ania sabrá toda la verdad!

Sus amenazas no tienen sentido si ella no está aquí, puedo perderla, yo debí estar con ella y no aquí en este cuarto de hotel. Sin ella y sin su perdón, mi vida ya no tendría sentido. 

-No me importa- comienzo a correr por el pasillo sin mirar atrás.

-¡TE VAS A ARREPENTIR! ¡ELLA SABRÁ TODA LA VERDAD Y NO TE VA A PERDONAR NUNCA! ¡NUNCA SERÁS FELIZ SIN MÍ! ¡¡ME OYES!! ¡¡NUNCA!!











ciega de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora