Se levantó de la cama con la cabeza hecha un quilombo. Las semanas habían pasado, pero la bronca seguía ahí, latente. Asco y odio, se repetía, intentando convencerse. Porque claro, no podía ser otra cosa, ¿no? Después de todo, Julian lo había dejado expuesto. Bueno, en realidad no, pero era más fácil pensar que lo odiaba que aceptar que todavía le gustaba.
Había terminado con él después de un solo día. Un día de estar juntos, y después, chau. Su viejo era el problema. Un tipo que nunca había aceptado nada fuera de lo "normal". Aunque su padre no supiera nada, Enzo lo sentía sobre los hombros, siempre ahí, vigilando. Así que decidió cortar por lo sano.
—"viste esto que tenemos?, Tenemos que dejarlo" —le había dicho esa tarde a Julian, viéndolo a los ojos, aunque por dentro se le revolvía el estómago.
Ahora, semanas después, ese "tenemos que dejarlo" no paraba de resonar en su cabeza. Porque la verdad era que no había sido nada. Nada se había resuelto. Julian seguía ahí, flotando en su mente, y cada vez que lo veía en el grupo o hablaban, algo dentro de él se encendía, aunque lo negara con todo su ser.
Julian y él tenían la misma barra de amigos, así que era imposible no cruzárselo. Estaban todos hablando de hacer algo ese finde. Verlo lo jodía, pero al mismo tiempo lo atraía. No lo iba a admitir, pero algo de ese pibe lo seguía teniendo enganchado.
Julian seguía dolido. No lo podía negar. Enzo lo había dejado sin más, después de un día que él pensaba que había sido perfecto. Habían salido, charlado, y hasta se había atrevido a besarlo, aunque los nervios lo mataran. Y al día siguiente, Enzo le tiró esa bomba.
—"viste esto que tenemos?, Tenemos que dejarlo" —y ahí quedó, con esa sensación de vacío.
Lo dejó por su viejo, o eso creía Julian. Pero ¿cómo era posible que Enzo no se la jugara un poco más? Ni siquiera el padre sabía de ellos, no había razón concreta para que lo dejara tan de golpe. Julian siempre había sido tranquilo, evitaba los quilombos, pero esto lo tenía cruzado. Sentía bronca, pero más que nada tristeza. A pesar de todo, todavía sentía algo por Enzo, aunque se negara a admitirlo.
Cada vez que lo veía, su corazón se aceleraba, y no sabía cómo manejarlo. Enzo se hacía el piola, como si nada, siempre chamuyando a los demás y actuando como si él no existiera. Eso le dolía aún más. Era como si ese día juntos no hubiera significado nada para él, cuando para Julian lo había sido todo.
El grupo estaba organizando algo para el finde, y aunque Julian sabía que Enzo iba a estar, no podía evitar querer ir igual. Era una tortura, pero también lo único que lo mantenía conectado, de alguna forma. Sabía que Enzo no lo quería ver, que ahora le tenía bronca, pero él no podía evitar querer saber más.
El viernes llegó rápido, y ahí estaba Enzo, rodeado de sus amigos, riendo como siempre, aparentando que la vida le pasaba de largo. Pero apenas vio entrar a Julian, algo dentro de él se tensó. El pibe seguía siendo el mismo, con esa cara de bueno, esa timidez que siempre lo había sacado un poco de quicio pero que ahora extrañaba.
—"Eh, mirá quién vino, el Juli" —dijo nahuel, dándole una palmada en la espalda a Julian.
Enzo se quedó en el molde, sin decir nada. ¿Qué le iba a decir? ¿Qué lo odiaba? ¿Que todavía le gustaba? No, ni en pedo. Se quedó cruzado de brazos, tratando de disimular el nudo que le había hecho el verlo. Julian ni lo miró, pasó de largo. Eso le molestó más de lo que quería admitir.
Pero también se lo había ganado.
Entrar al lugar y ver a Enzo ahí, rodeado de amigos, fue como un golpe bajo. Lo extrañaba, pero al mismo tiempo le tenía tanta bronca que lo único que quería era pasar de largo y evitarlo. Así que hizo lo mejor que sabía hacer: lo ignoró.
Se unió al grupo y trató de concentrarse en las conversaciones, pero su mente volvía una y otra vez a él. Enzo estaba tan cerca, pero tan lejos a la vez. Y esa distancia que ahora había entre ellos lo hacía sentir un vacío enorme.
Habían tenido algo, aunque fuera breve, aunque fuera solo un día. Pero para Julian, ese día había sido todo, y ahora no sabía cómo enfrentarse a la idea de que Enzo no lo quería más en su vida.
Mientras se reía con los pibes, de reojo lo vio a Enzo mirándolo. Una mirada fugaz, pero intensa. Esa mirada que antes lo hacía sentir mariposas, pero ahora solo le dejaba un sabor amargo en la boca.
No podía dejar de mirarlo, aunque intentara disimularlo. Cada vez que Julian se reía o hablaba, sentía ese pinchazo en el pecho. Lo odiaba, o al menos quería odiarlo, pero la verdad era que todavía le gustaba. Y mucho.
Pero ¿qué iba a hacer? Ya lo había dejado. No podía volver atrás. Además, su viejo seguía siendo un quilombo, y no estaba dispuesto a enfrentar eso.
—"Che, ¿todo bien con el Juli? Hace semanas que no se hablan" —le preguntó licha, notando la tensión entre ellos.
Enzo resopló, cruzándose de brazos.
—"Nah, todo bien. Ya fue eso. Es un drama que no da más" —mintió, intentando sonar relajado, pero por dentro, la cosa era muy distinta.
La noche avanzaba, y aunque Julian intentaba disfrutar, la presencia de Enzo lo perturbaba. En algún momento, se dio cuenta de que no podía seguir así, evitando el tema, ignorando lo que todavía sentía.
Se levantó, decidido a hablar con él, a decirle lo que realmente pensaba. Pero cuando llegó a su lado, las palabras se le atoraron. Enzo lo miró, sorprendido, pero no dijo nada.
—"Enzo... yo..." —Julian comenzó, pero su voz tembló. El corazón le latía fuerte.
Enzo levantó una ceja, su expresión mezclada entre curiosidad y fastidio.
—"¿Qué pasa, Juli? Ya hablamos de esto, ¿no?" —respondió con ese tono de superioridad que siempre usaba para cubrir lo que realmente sentía.
Julian apretó los puños, sintiendo la rabia mezclarse con el dolor.
—"No, Enzo. No hablamos de nada. Solo te fuiste y dejaste todo tirado."
Aay juliii, en que te estas metiendo?!! (No se olviden de votar y comentar) bayy los quiero!!
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cruzando líneas // enzulian AU
Fanfictiondonde ambos descubren lo que es el amor a través de su odio