OUTTAKE #2

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¿Cuál es la probabilidad de que a Jace se le caiga el cabello por usar tanto decolorante?

Muchas. Tal vez cuando llegue a los 30 empiece a sufrir de calvicie e incluso antes, tal vez se le vaya la mano con la decoloración y sufra de algún corte químico y pierda mucho cabello.

Pero mientras eso ocurre, Jace seguirá con su cabello rubio demasiado claro y babylights color perla.

Y según él, su cabello era rubio natural.

El cabello de su padre era de un castaño claro y su madre era pelinegra.

Eric salió rubio por su mamá, la cual si tenía un cabello realmente claro. Y sin embargo, su cabello no llegaba a ser tan claro como el de su hermano.

De hecho existía una foto de ambos hermanos cuando eran niños y claramente se veía el cabello rubio de Eric y el cabello castaño de Jace.

Pero aún así, se niega a aceptar lo evidente.

-¿Nadie se ha enterado que son hermanos? - le pregunto a Jace, habían pasado varias semanas desde que entramos a osadía y al parecer nadie se había dado cuenta de las obvias similitudes que ambos chicos compartían.

-No, es raro. Vamos, ambos somos bastante parecidos. - refunfuño cruzando los brazos - Ambos de ojos azules, atléticos, rubios.

-Aqui tienes lo que me pediste, Jonathan - habló Eric quien pasaba por la sala de entrenamiento en dónde estabamos tirados pasando el rato. -Procura no gastartelo todo de una vez y cuidado te quemas la cabeza. ¿Cuando vas a dejar de usar tanto decolorante?

-Eric, te dije que me lo dieras cuando estuviera solo - murmuró entre dientes, viendo de reojo a mi y a Willow la cual estaba acostada en mis piernas.

-Como si Nox no supieras que usas su acondicionador y que Willow se entera de todo. - le responde Eric rodando los ojos.

Enseguida veo con rabia a Jace. ¡Lo sabía! Su cabello estaba muy suave y brillante para solo usar ese shampoo morado.

-¡Eric! - protesta el rubio con la cara roja. Este simplemente alza las manos y suelta una profunda carcajada. Antes de dar media vuelta y emprender marcha saliendo de la sala.

-Nox -saluda en mi dirección antes de pasar su mirada a la pelinegra que lo miraba de reojo -Iniciada, luces.... Cómo una loca.

Sin más abandona el lugar tan pronto como entró, escuchando gritarle a alguien un: -¡Oye, niño número! Deja de espiar a la erudita y ven a darme una mano con los raritos de los nuevos.

-Uhhhh -

Aquello causó que se me subieran los colores al rostro.

Estúpido niño número.

Estúpido Tobias y su rostro estúpidamente precioso.

¹ 𝐑𝐔𝐋𝐄𝐒 - 𝐓𝐨𝐛𝐢𝐚𝐬 𝐄𝐚𝐭𝐨𝐧/𝐅𝐨𝐮𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora