- 00. Don't forget.

1.5K 101 4
                                    

Es curioso como actua el universo y mas por como actua nuestro mundo, las reglas impuestas y el estilo de vida es solo uno de los muchos factores para que yo me volviera a encontrar con Tobi.. Cuatro, se que suena como si lo odiara - lo que no es cierto- es el simple hecho de remover algo del pasado que ya estaba pisado como dicen popularmente.

Solíamos ser buenos amigos, claro, antes de este partiera a Osadía, no nos veíamos siempre puesto que, abnegación y erudición siempre ha estado en esa extraña disputa donde celaban el poder que cada uno poseía.

Por lo tanto, vernos era un tanto complicado pero no imposible. Solía mezclarme entre la multitud, tomar el tren y encontrarme con Tobías en los camiones de cordialidad, donde me hacía pasar por una de ellos y lograbamos pasar tiempo juntos, algunos de ellos me reconocían pero me guardaban el secreto, siempre me han parecido personas honorables, cada uno de ellos, claro, con excepciones y por excepciones me refería a Marcus Eaton.

Y se preguntaran, ¿Como lo conocí? Desde que soy pequeña me acostumbre a estar en otras facciones, aprendiendo de estás y un dia paseando por ahí en mi modo incognito, vi a un escuálido y alto chico caminando solo, al momento de verlo a los ojos supe que compartíamos algo en común. Así que poco a poco me fui acercando a él, después de todo es bueno tener compañia en este mundo tan distopico.

Tenía a penas 10 años cuando lo conocí, para ese entonces el tenía 12 años y los encuentros se hicieron habituales una vez por semana, sin falta.
Fuimos compartiendo anecdotas, memorias y pensamiento, los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses y los meses en años.

Ya no eramos unos niños de 10 y 12 años, ahora teníamos 16 y 18 años, habíamos crecido juntos, eramos buenos amigos, yo era su pequeño lucero en la oscuridad que era su vida y sin que él lo supiera, me mantenía cuerda, me hacía mejor persona y le daba luz a mi alma.

Sabía por lo que pasaba cuando estaba en las paredes de su hogar, lugar en el que deberías sentirte a salvo, donde podrías ocultarte del mundo y del terror - para él ese lugar era el infierno en el mundo
terrenal y odiaba con todo mi ser al monstruo que era su progenitor.
Nuestros encuentros semanales eran un balsamo en nuestras almas lastimadas, por que aunque el no lo supiera, mi vida era un caos total.

Pero para despejar mi mente tomaba el tren hasta donde se que estarían aquellos ojos oscuros esperando por mi.

-Ya tienes 18 - le dije mientras entregaba una carga de comida a un sin faccion.

-Lo se - mencionó con aquella voz profunda, a la vez que me miraba de reojo - Es tiempo de la ceremonia de elección... Y sabes lo que eso significa. - Lo escuche suspirar mientras apartaba la vista y la fijaba en las personas frente a nosotros.
- Si. Es tiempo que te ajustes tus estirados pantalones y te largues como una rata, antes que el gato de atrape.

- Tu humor es tan asqueroso - se quejo mientras me miraba con reproche.

- Sabes que este tren esta llegando a su estacion ¿No? -le digo mientras choco mi hombro suavemente con el suyo, por que sin tener que leer la mente se que eso le esta comiendo la cabeza.

- Y tal vez no nos volveremos a ver - menciona el con el rostro decaido.

- Fueron unos buenos años, Toby - la atmosfera se estaba volviendo intima y triste, miré al frente para cerciorarme que habíamos terminado y tomé su mano para mezclarnos con las demas personas y alejarnos de allí para irnos a nuestro pequeño lugar, siendo lo mas probable la ultima vez.

El lugar era una pequeña terraza con vista periferica a la facción de abnegación, se que le tenía panico a las alturas, pero aún así veníamos aquí por petición de él.

¹ 𝐑𝐔𝐋𝐄𝐒 - 𝐓𝐨𝐛𝐢𝐚𝐬 𝐄𝐚𝐭𝐨𝐧/𝐅𝐨𝐮𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora