Era de día y los ojos de Yuji se abrieron lentamente sintiendo el malestar físico. Su cuerpo estaba apresado por el alfa que lo abrazaba de una manera en la que no pudiera moverse. Su pecho se calentó y sintió nerviosismo al sentir todas esas emociones invadirlo. La calma de Satoru, el amor que le tenía, todo bailaba dentro de su pecho de una forma tan entrañable que lo volvía tonto. Su nuca ardía y se sentía tan irreal que aún no lo creía.
Había olvidado parte de la noche anterior y por eso se sentía tan extraño al notar el vínculo tan fuerte, su otro yo había hecho de las suyas sin consultar con él primero, aunque ninguno se arrepentía.
Se dió la vuelta, torciendo el gesto al sentir dolor en su zona baja y se subió al pecho de Satoru, descansando allí mientras lo observaba dormir. Notó las marcas que tenía en su cuello, no solo su mordida, también marcas de beso y mordisqueos extendiéndose desde su cuello al pecho a un lado de su tetilla, se avergonzó de haber hecho tales cosas.
Ubicó su oreja cerca del pecho del alfa, escuchando su corazón latir rítmicamente, suspiró enamorado. Removiendose para quedar tapado y conservar ese rico calor que lo mantenía relajado. Se sentía necesitado de cariño, amor, afecto, necesitaba recibir caricias y besos. Pero quería dejar descansar un poco más a su alfa, había recordado que lo pasó muy mal antes de estar juntos.
—Alfa... —murmuró afectuoso, disfrutando de la palabra.
—¿Mmh? —ronroneo, abriendo lentamente sus ojos.
Satoru lo vió con sus grandiosos ojos azules, deleitándose con su primera vista del día. Yuji sobre su pecho, ronroneando mientras se envuelve en su aroma y lo llama "alfa". No puede evitar que su corazón lata rápidamente para el Omega. Cuando sintió el llamado no pudo hacer nada más que acudir, aún si quería dormir más por el cansancio físico, su alfa sintió que debía acudir con su Omega.
Levantó el brazo para acariciar sus cabellos rosados y con el otro abrazó su cintura, dando circulitos con sus dedos. Besó la cima de su cabeza, susurrando un "buenos días". Yuji se dejó acariciar.
—Buenos días, alfa —dijo con voz dulce.
Sintió el pecho de Satoru temblar y un gruñido de satisfacción salió de su boca haciéndolo reír. Subió aún más arriba para poder alcanzar su rostro y besar esos labios rojizos por la hinchazón, la noche anterior se habían besado con muchas ganas. Sus ojos examinaron todo su rostro, buscando que no hubiera alguna herida, solo encontró sus ojos hinchados y rojos por llorar y los labios finos ahora con un tono de rojo muy sexy. Cerró la distancia, disfrutando de un delicado beso lleno de amor. Gimió al ser acariciado en su parte baja, tenía dolor de cola. Se separó dejando un hilo de saliva entre los dos, se limpio avergonzado.
El alfa admiró su trabajo en ese cuerpo, pecho y cuello cubiertos de sus marcas hechas adrede. Yuji sobre su estómago parecía pensar hasta que frunció el ceño y miró hacia abajo, el alfa asintió sonriendo por la pregunta en su mente que llegó sin querer a la suya.
—¿E-Es... —lo miró sorprendido.
—Sí.
Yuji se inclinó hacia atrás, dejando ver toda su intimidad y comprobó el líquido escurriendo por su entrada. Sonrió feliz, tal parece que había cumplido uno de sus deseos y escucharía las buenas noticias en un par de meses más si la Diosa Luna lo bendecía. Escuchó los gruñidos del alfa y la repentina ola de calor en su pecho seguido de las feromonas exitantes, algo lo golpeó en la espalda, llevó su mano a tocar dicho culpable y era nada más y nada menos que el falo de su esposo. Lo miró avergonzado, sintiendo la necesidad sexual de su alfa y ese aroma cítrico tan exquisito, lo hizo entrar de inmediato en su zona.
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Usurpar |•GoYuu•| Omegaverse
Hayran KurguUn día en que el nieto del clan Itadori, Yuji, visita la mansión del clan Gojo, el nieto y único heredero, Satoru, queda totalmente prendado de él. Todo su cuerpo y alma lo desean a un punto obsesivo. El pequeño Omega es cortejado por Satoru hasta...