—Seungcheol.
Levanté la vista de mi teléfono. Mi padre entró en mis habitaciones, metiendo una mancuerna de diamantes a través de su camisa de color negro.
No podía dejar de leer el mensaje de Jeonghan. Una y otra vez. Sus palabras incrustadas en mi alma, y no importaba lo que pasara en el futuro, no podía eliminarlas.
Una vez más, demostró que su poder sobre mí era innegable, me obligó a enfrentar la conclusión que por fin me admití a mí mismo ayer.
Nada funcionaría. Nadie me arreglaría.
No podía seguir siendo responsable de mis hermanosNo podía seguir viviendo en constante temor de ser asesinado o expulsado.
Ya era hora de tomar lo que era mío, independientemente de las consecuencias, y no podía hacerlo solo.
Ayer por la noche, tragué una tableta y visité a mi hermano por primera vez en casi dos meses. Estaba enojado y de mal humor, pero una vez que le expuse mi plan, se ablandó.
Como el hermano perfecto, me perdonó y me dio lo que necesitaba para hacer frente a lo que debe hacerse.
Entonces, visité a Mingyu. Me disculpé, admití mi comportamiento idiota, y pedí ayuda. Al igual que Seungkwan, me concedió la absolución y escuchó mis luchas. No escondí nada, revelé todo. Por primera vez desde que llegamos a la edad adulta, nos hallábamos completamente sintonizados e iguales.
Por suerte para mí, después de mi ataque de honestidad, él sólo se hallaba muy feliz de aceptar mis planes ridículamente ambiciosos.
Matar a Seungmin no era una opción, por ahora. Teníamos que ser más inteligentes Teníamos que ser astutos.
Había llegado el momento.
Choi contra Choi.
Seungmin terminó de asegurar sus puños.
—Esta noche, Cheol. Quiero que se haga.
Mi cuerpo se tensó. ¿Qué?
De ninguna manera. Cada maldita vez.
Él adivinaba que quebrantaba las reglas y venía en el momento perfecto con su martillo proverbial para romperme en pedazos.
—No esta noche. —Agarré mi celular. Tenía una idea descabellada, pero todavía era un inicio.
No puede suceder esta noche. No estoy listo.
—Sí, esta noche. Quiero todo este proceso acelerado. —Dejó caer las manos rígidamente a los costados—. Esas píldoras están funcionando. Me has impresionado más en las últimas semanas que en tu vida entera. Has matado para proteger a nuestra familia. Has permanecido distante de esos que no necesitas, y has sacado ese Puto Yoon de tu corazón.
Se acercó y me palmeó en el hombro, severo respeto brillando en sus ojos.
—No quiero que nada ponga en peligro la nueva conexión que hemos encontrado, hijo. Y él es la causa de todo. Vamos a terminar la Herencia de la deuda de una vez. Completa tu prueba final y asume tu lugar completamente a mi lado. —Su voz cayó—. Cuando llegue el momento, con mucho gusto te entregaré la corona porque te la has ganado.
A pesar de mi odio hacia él, el alivio se deslizó alrededor de mi corazón. Alivio porque finalmente era digno del regalo por el estuve luchando por recibir durante veintinueve años.
Lástima, eran sólo palabras vacías.
—Estoy orgulloso de ti, Kite.
Bajé la cabeza, apretando mi teléfono hasta que el estuche se quebró.
Tendría que estar listo... no existía otra manera.
—Ahora, dile al mayordomo que prepare al chico. Esta noche, estamos a centímetros de la línea de meta. —Sus dientes brillaron con una sonrisa malévola—. Esta noche, la Tercera Deuda será pagada.
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Tercera Deuda (D.S #4) Jeongcheol
Fanfic"Él me sanó. Me destrozó. Me liberó. Pero estamos en esto juntos. Terminaremos esto juntos. Las reglas de este antiguo juego no pueden ser quebrantadas." Yoon Jeonghan ya no se reconoce a sí mismo. Dejó a su amante, su coraje y su promesa. Dos deuda...