XV - Conversaciones Pendientes

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La tensión de la cancha finalmente se disipó cuando el grupo comenzó a dispersarse, susurrando entre ellos sobre lo ocurrido. Mientras el resto de los estudiantes se alejaba, Sofía y Alex se quedaron allí, en medio de la cancha vacía, envueltos en el eco de lo que acababa de suceder. La intensidad de sus miradas era casi tangible, y cada uno parecía esperar a que el otro hablara primero.

—No debiste intervenir, Sofía —murmuró Alex finalmente, su voz baja, cargada de algo entre gratitud y reproche.

Ella soltó un suspiro profundo y desvió la mirada hacia el suelo, sintiendo el peso de las palabras de Alex. Sabía que él quería protegerla, mantenerla alejada de sus problemas y del caos de su vida. Pero algo dentro de ella la había llevado a actuar sin pensarlo.

—No podía quedarme quieta —dijo ella, alzando los ojos para mirarlo de nuevo—. No podía verte enfrentarte a ellos solo, sabiendo que todo esto no tiene sentido. No entiendo por qué te han atacado así... y quiero que confíes en mí lo suficiente para explicármelo.

Alex vaciló un instante. Sabía que no podría alejarla, no después de todo lo que había pasado. Finalmente, asintió y señaló hacia un rincón de la cancha donde podían hablar con tranquilidad.

—Está bien. Te lo contaré —dijo él, con un tono resignado—. No he sido completamente honesto contigo, Sofía. No solo vine aquí para empezar de cero... hay algo más.

Sofía lo escuchaba en silencio, notando la intensidad en su mirada.

—La razón por la que mis padres decidieron mudarse aquí fue porque... tuve problemas en mi antigua escuela —confesó, su voz casi un susurro—. Algunos problemas con personas que yo creía amigos y... terminé perdiéndolo todo, incluso a mí mismo. Mis padres pensaron que mudarnos era la única forma de empezar de nuevo, pero no he podido escapar de lo que ocurrió.

Sofía no interrumpió, dejando que Alex hablara a su ritmo. Notaba en él una mezcla de arrepentimiento y angustia, y aunque no sabía todos los detalles, estaba dispuesta a escucharlo.

—Pero conocerte me dio una razón para querer dejar atrás todo eso —admitió Alex, finalmente encontrando su mirada—. No esperaba que alguien como tú se cruzara en mi camino. Eres todo lo contrario a lo que conocí en el pasado, y eso me asusta porque no quiero arruinar esta conexión.

Sofía sintió cómo una cálida emoción se expandía en su pecho. Sin decir una palabra, tomó la mano de Alex y la apretó suavemente.

—No tienes que seguir enfrentándolo solo, Alex. Si realmente quieres dejar atrás todo eso, estoy aquí para ayudarte. Quizás sea un desafío, pero no voy a alejarme de ti por tu pasado.

Alex la miró con una mezcla de gratitud y alivio, como si sus palabras fueran justo lo que necesitaba oír. En ese momento, sintió que podía confiar en Sofía como nunca antes había confiado en nadie. Ambos permanecieron en silencio, compartiendo ese instante que sentían tan suyo.

El eco de sus palabras resonaba en la cancha vacía, marcando el principio de una nueva etapa en su relación. Los secretos que antes los separaban ahora parecían unirlos más, dándoles la fuerza para enfrentar juntos cualquier obstáculo que se presentara.

Entre miradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora