Creppy Show - Hyunlix.

Ghoul.

No estaba buscando nada en particular, solo algo para cenar, podría aprovechar su obvio atractivo físico y lo bueno que se había vuelto con las palabras, pero no, no tenía ganas de esforzarse tenía hambre y era todo lo que importaba.

Vio a una chica caminar con una mochila y le pareció una elección indicada para la cena, salió del callejón desde donde estaba acechando cuando otro aroma pareció golpearlo, su atención se perdió de la chica de la mochila y se fijó en un chico rubio saliendo de la cafetería. Sus dos cosas favoritas, café y un hombre guapo al cual devorar... Literalmente.

Sin pensarlo demasiado camina en dirección del rubio y pretendo chocar con él, una carpeta con papeles cae al suelo y Hyunjin se disculpa.

—Lo siento, andaba distraído. —Se excusa y le sonríe al rubio.

—Deberías tener más cuidado —el regaño fue educado pero cortante de todos modos, el muchacho tenía una cara preciosa y parecía amable pero al parecer no estaba teniendo un buen día o Hyunjin lo había leído mal. Sin embargo olía delicioso —qué tengas buena noche, señor —se despidió rápidamente.

—Espera... ¿Puedo hacer algo para compensar el mal rato?

—Solo ten cuidado por donde caminas. Buenas noches.

Se alejó rápidamente y Hyunjin quedo embelesado, jamás había sido ignorado de esa manera como si no fuera más que un papel sucio en la calle, hirió su ego y al mismo tiempo le hacía creer que tenía un desafío. Por el momento seguiría su plan original, comería lo que fuera esta noche, pero el rubio...

—Ese rubio será mío —murmuro mientras lo veía alejarse y recordaba su olor, casi saboreándolo en su boca hambrienta.

En ese momento de un bar venían saliendo dos mujeres que claramente había fijado su atención en él, término esa noche dándose un gran festín con las dos, dejando apenas los huesos en algún descampado. A su naturaleza Ghoul no podía importarle menos la vida humana, los humanos eran su alimento, estaba por sobre la cadena alimenticia y se estaba aburriendo de estar solo en ello.

Tenía compañeros y amigos de su especie, pero no era lo mismo, necesitaba una pareja que sintiera la misma hambre despiadada y ganas de matar, algo le decía que el rubio de hace un rato seria el ideal, quisiera o no.