Capítulo 29 - recuerdos amargos.

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Bell se encontraba con sus compañeros en el piso 10 del calabozo, derrotando y matando a cualquier monstruo que se vieran cerca de ellos y una vez derrotado, recogían las piedras que caían al suelo, lo que significaba un buen botín para el grupo.

Mas atrás de Bell se encontraban sus compañeros, que no podían hacer otra cosa más que impresionarse por la versatilidad de Bell y de cómo podía acabar a cualquier monstruo que se acercara, viendo que su forma de pelear había evolucionado.

Welf: ¿así era Bell antes?

Lili: Lili no lo sabe.

Bell: ¡ustedes agáchense!

Bell realizo su técnica de Firebolt para acabar con unos cuantos monstruos que se acercaban a ellos por sus espaldas, viendo que, de no haber estado atentos al peligro, podrían haber salido heridos y Bell estaría preocupado por su condición.

Los monstruos habían desaparecido y solo quedaron de ellos sus piedras, las cuales cayeron al suelo y ambos vieron como se había vuelto aún más fuerte.

Welf: amigo, te has vuelto muy fuerte

Lili: Lili piensa que demasiado fuerte.

Bell: ¿de veras lo creen amigos?

Welf: hace unos días apenas podías con un par de duendes.

Lili: ahora puede hasta con armadillos y duendes por igual.

Welf: si, ¿cómo le hiciste?

Bell: no lo se, supongo que es por mi suerte de sobrevivir o querer alcanzar a alguien.

Welf: ¿alcanzar a alguien?

Bell: sí.

Lili: ¿acaso...es...una chica?

Welf: sospechoso.

Lili: Lili piensa igual.

Bell: ya se los dije, solo quiero hacerme más fuerte.

Welf: ok.

Lili: si Bell-sama lo dice, supongo que está bien.

Welf: creo que lo haces por Demeter-sama.

Bell: ¡claro que no! Yo...solo...etto...lo hago para hacerme mas fuerte, que cosas dices Welf.

Bell se sentía muy apenado por como describían sus compañeros su situación, dado a que vieron que Demeter le había dado unos cuantos besos de despedida y que estaba también en los pechos de esta misma diosa.

Welf: por la forma en la que tu diosa se despidió de ti.

Bell: ¿Qué tiene de malo?

Welf: que quieres ser fuerte para casarte con tu diosa.

Bell: claro que no.

Lili: ¿seguro?

Bell: si, además, en cualquier caso, que me llegara a casar, seria con Lunoire-san o Aiz-san.

Con esos últimos nombres, Bell mismo se había delatado, tapándose la poca y su rostro volviéndose rojo al haberse expuesto el mismo y de las chicas con las cuales casarse, culpando a su amigo herrero por revelar tan vergonzosa confesión.

Lili: increíble.

Welf: eso es Bell, aspiras a mucho, con razón Dionysus-sama teme que le quites su lugar.

Lili: Bell-sama mujeriego.

Ese ultimo comentario de parte de la pallum fue como una especie de apuñalada al pecho de Bell, tachándolo como una especie de mujeriego, apareciendo una flecha de la nada y clavándose en el pecho del peliblanco con un título que decía "Mujeriego", haciendo que los monstruos alrededor vieran confundidos a los aventureros que tenían presentes y la charla que tenía con ellos.

Bell en la Familia DemeterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora