.

205 11 1
                                    

Los días luego de eso fueron un poco más intensos, un poco más cansados, en especial para Noah y Jaherys, era difícil para ellos recuperarse de su perdida.

Y era difícil para Jacaerys ser el rey y estar un poco embarazado, las madrugadas lo sorprendían con vomitos y dolor de cuerpo.

No habíamos contado del acontecimiento a nadie, tomando en cuenta la perdida de nuestros hijos era preferible cerrar la boca un tiempo, además habíamos enfrentado tantos embarazos que terminaban en tragedia que ahora ya no nos emocionaba tanto como antes.

Jacaerys se mantenía bastante tranquilo a pesar de los malestares y lo mal que se sentía, estábamos dejando que el tiempo avancé.

Había salido con Daemon al pueblo y caminábamos por las estrechas calles.-Voy a entrar a beber.- Señaló Daemon al bar, al bar de la juventud mía y de mi hermano.

-Me temo tío que yo ya no entro a esos lugares, ni a beber, peor ver otras personas, si eso llegara tan solo a los oídos de Jacaerys despertaría sin testículos.- Me reí.- Así que diviértete.

Deje a Daemon y caminé hasta mi barco, barco que había quedado atracado, sin un futuro conmigo a bordo, el barco saldría a flote nuevamente con otra persona como capitán, yo no podía dejar el reinó, no ahora con el cargo de rey de Jacaerys y la continua voz en mi cabeza qué decía que tarde o temprano la gente iba a querer qué alguien más se hiciera cargo del trono de hierro, en especial si el embarazo de Jace se complicaba.

Puse mi mano en el casco del barco, para luego pegar mi frente en la madera fría y mojada.- Viejo amigo, me has acompañado tantos años.- Suspiré.- Pensar en dejarte es sinceramente una tortura.- Mi alma se había ligado profundamente al barco, al navío, la mejor nave de el mar estrechó.

Me alejé y sonreí, era aclaro quien merecía ser el capitán del barco, había tenido como segundo al mando a Weid, demasiado tiempo como para no darle mi barco al retirarme, aún que también estaba mi hijo Noah y su deseo de ser el capitán del navío

No sabía qué haría Pero cualquier decisión a tomar devia ser rápida, nadie podía esperar tanto tiempo a qué el barco se reactivará, muchas personas que trabajaban en el barco habían crecido en el, era lo único qué conocían.

Caminé de vuelta al palacio, pase por la sala del trono viendo a Jace hablar con el pueblo, el era bueno en eso, no necesitaba mi ayuda para ganarse a la gente, Jace era el pueblo,viviendo conmigo había sentido en carne ropita lo que significa no ser de la realeza, asi que él sabía lo que el pueblo necesitaba, el problema sobre su reinado estaba en el palacio entre la gente que no creía que el fuera capaz de igualar a un  Targaryen de cabello plateado.

Espere a que el pueblo se fuera y entré al lugar.- Mi rey.

-Hola Aegon, dónde estabas.- Se levantó a mis brazos y dejó que lo sostuviera.

-Fui a ver el barco y luego vine aquí y estaba contemplando al rey del corazón del pueblo.- Jace se sonrojó.

-No digas eso, ¿Yo?, el corazón del pueblo, no, mi madre y mi abuelo eran los verdaderos reyes del pueblo.

-No, Jace, un rey conforme el corazón del pueblo sabe el sufrimiento del pueblo, ha vivido lo mismo a llorado sus penas, eso es ser el rey del corazón del pueblo, tú madre y tú abuelo fueron grandes reyes pero ellos no sabían nada del pueblo como tú.- Bese sus labios.- Eres un gran rey amor.

-Gracias.- Susurró.- Intento hacer lo mejor que puedo.

Bese de nuevo sus labios y empuje su cuerpo lentamente al sillón del trono, hasta sentarlo en el lugar y besar su cuello.- Aeg..-Se quejó.- Qué haces.

-Sabes que siempre he querido.- Susurré.- Hacerte mío sentado en ese trono.- Lamí su cuello lentamente.

- Alguien puede venir.- Susurré.

-Puedes ordenar a los guardias que cuiden la puerta .- Jace pidió que nadie entrara y yo me concentré en besar sus labios y empezar a desnudar su torso.

El lugar no tardó en llenarse de jadeos y luego me senté en el trono con Jace sobre mi, si pudiera me grabaría por siempre la imagen de Jace subiendo y bajando sobre mi erección, mientras abría sus piernas un poco más en cada movimiento y se sujetaba de mis hombros.

-Ahh..gg- Jadeo satisfecho contra mi hombro.

-Vamos un poco más.-  Le di unos cuantos movimientos más sacándole jadeos hasta que me corri también y lo abracé.

Dejándolo descansar.- Te amo .- Sonreí.

- También te amo amor.- Susurre.

El amor era bueno , estos días de calma eran buenos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 04 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Del Odio Al Amor Y Del Amor Al Odio- JacegonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora