Capítulo 23: Videojuegos

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—¡Arriba! —exclama Taehyung, igual que un dictador, mientras empuja con fuerza contraria la espalda sudorosa de Jungkook—. ¡Vamos, Jungkook!

Los brazos del alfa tiemblan cuando hace el amago de subir nuevamente en la flexión, sintiendo sus bíceps demasiado fatigados por el sobretrabajo para mantener a Taehyung entretenido con la vista.

—Más rápido —insiste nuevamente el alfa—. Gime más.

Cae rendido al intentar subir y suelta una risa cuando Taehyung cae sobre su cuerpo, también riendo. Puck ladra con fuerza al pensar que el pelinegro se encuentra en peligro, hasta que el mayor de ambos estira su mano y acaricia su pelaje, calmando su ansiedad de salvar a Jungkook.

—Dios, pero que buen salvador tienes —comenta el castaño con ternura, aún recostado sobre el alfa pelinegro—. Es una lástima que su padre sea un maldito aburrido que jamás hace cosas malas.

—¿Jamás has guardado silencio en tu vida? —inquiere Jungkook, moviéndose unos centímetros para acomodar mejor a Taehyung en su espalda—. Creo que hablas demasiado.

—Un alfa elocuente y bello como yo puede soltar la mierda que corra por su cabeza y siempre será bien recibido —replica Taehyung, pasando la palma de su mano por las escápulas del contrario—. Tómalo como un privilegio por ser tan guapo. ¿Sabes que tú también lo puedes hacer? Eres lo suficientemente guapo como para que me arrodille automáticamente con las mierdas que salgan de tu boca.

—¿Aunque sea lo más ridículo del mundo?

—Me encantan las cosas ridículas, corazón —murmura Taehyung cerca de su oído—. Muchísimo más si son tuyas.

—Mmh... —suspira el alfa pelinegro—. Eres bastante bueno con las palabras. Puede que te merezcan un beso más de lo usual.

Taehyung esboza una linda sonrisa.

—Lo estaré esperando —replica con suavidad—. Sin embargo, ahora debe continuar, mi capitán. Me aburre un poco no verlo ejercitarse. ¿Qué viene ahora? Yo creo que abdominales.

—¿Eso quieres? —inquiere Jungkook, suspirando cuando Taehyung pasea la mano en su trasero después de levantarse—. Deja de tocarme, idiota.

Taehyung alza sus manos con rapidez, mostrando las palmas de éstas en señal de inocencia, para después inclinarse unos centímetros y dejar una corta mordida en la mejilla del pelinegro.

—Mmmh... —ronronea el castaño—. Tan insoportable y delicioso.

Jungkook se arrodilla en el césped, un pelín cohibido ante el descaro natural de Taehyung. Y realmente había pensado que estaba más acostumbrado a la manía del chico que tocarlo o besarlo en cualquier momento, sin embargo, en ocasiones seguía quedando frío y atónito. Desvía la mirada al alfa castaño, quien se incorpora para caminar hasta los escalones de la entrada y toma asiento junto a Puck, quien mueve su cola con fuerza cuando Taehyung revuelve su pelaje.

—¿Qué harás por la tarde? —inquiere el alfa castaño después—. Estás muy equivocado si crees que pasarás la tarde en otro lado que no sea mi habitación.

—No todo en la vida es sexo, ¿sabes eso?

—Ay, amorcito —replica Taehyung con burla—. No todo en la vida es sexo, tal cual tu dices, por eso tan solo te iba a invitar a jugar a la consola unas horas. Sin embargo, si me propones una cogida entre juegos, tampoco necesitaré replantearlo dos veces.

—Dios, creo que terminaré siendo el guerrero más fuerte contigo —murmura Jungkook con gracia—. Acepto jugar videojuegos. La otra parte podría ser, pero tú siempre te comportas demasiado mal y tu hermana puede escuchar. No, estás demasiado loco.

La cuenta atrás de veinte | JJK & KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora