Capítulo 36: Señor pirata

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—Yo soy un hombre soltero —masculla Taehyung, sosteniendo el móvil en su pecho mientras conversa con su amigo por llamada—. Soltero y cansado de llorar por alguien cobarde. ¿Desde cuándo yo lloro por un jodido alfa? He perdido tiempo. Mañana es la fiesta en la universidad, ¿cierto?

Sí, mi queridísimo Taehyung —replica Hoseok, a través de la línea—. Iremos con Yoongi. ¿Te unes?

Taehyung entrecierra los ojos en cuanto su amigo nombra a ese alfa, y ahora que conoce la historia completa, le gustaría saber en qué se encuentran esos dos.

—Por supuesto que me sumo —replica Taehyung, levantándose del sofá al escuchar esa voz anciana que tan bien recordaba—. ¿Qué pasa con Yoongi? Tan amiguitos que se han vuelto.

Hay silencio durante unos segundos, los cuales Taehyung agradece, porque alcanza a captar cuando el señor Jeon abre la puerta para abrazar a sus progenitores y recuerda que ese día es el cumpleaños del hombre.

Nos besamos —suelta Hoseok, sonando un pelín tímido—. No tengo jodida idea de lo que estoy haciendo.

«Volviendo a caer por un alfa miedoso», tiene ganas de contestar. Obviamente movido por el resentimiento en su cuerpo por culpa de Jungkook, quien lo ha hecho sentir que todos los alfas son unas jodidas mierdas.

—Entonces, simplemente deja de saber que mierda estas haciendo y simplemente hazlo —replica Taehyung, sintiendo ese nudo en su garganta asfixiarlo—. Y si él está dispuesto a ser abierto esta vez, no lo desaproveches. Al menos el tuyo está siendo honesto consigo mismo, el mío debe estar prometiendo a sus abuelos que se casará con una jodida omega.

Tendrá una vida de mierda —murmura Hoseok, sin un pelo de gracia en su voz—. Jungkook es un jodido imbécil. ¿Sabes qué estará ese alfa que me preguntó si quería tener sexo? ¿Qué tal si te lo coges tú y así te olvidas un poco de ese jodido idiota?

—Mi lobo lo rechazará.

Pero tú no.

La idea es tentadora, no lo puede negar. Por supuesto que no se siente capaz de hacerlo después se describir como es hacerlo adorando a la otra persona, pero eso ya se acabó, porque lentamente se siente igual de quebrado que antes. O quizás más aún. Y si antes era capaz de hacer una cantidad abismales de estupideces, no quiere ponerse a prueba, porque sabe que los pedazos de sus acciones salpicarían a todos a su alrededor, dañándose a sí mismo en el camino.

—No podré —murmura Taehyung, observando el cielo blanco de su habitación—. Estoy demasiado enamorado de Jungkook.

Eso es una mierda —replica su amigo a la distancia—, pero te entiendo.

Al terminar la llamada, se mueve nuevamente hasta el sofá, donde decide tomar una siesta hasta que su madre vuelva del turno y así comer algo con ella. Sin embargo, no sabe cuánto tiempo pasa, pero un grito lo despierta.

Arruga las cejas al escuchar ese tono de mando y no puede evitar sacar a su lobo durante unos segundos, tan sólo para tantear que no haya algún peligro. No puede evitar imaginarse lo peor, pero sabe que no puede simplemente acercarse a la casa de los Jeon, porque nada justifica su presencia.

Por lo tanto, simplemente observa a través de la ventana, y no puede evitar preguntarse qué es lo que sucede cuando ve a los abuelos de Jungkook ser escoltados por el señor Jeon hasta el automóvil, para después despedirse en un corto abrazo. Arruga sus cejas, definitivamente preocupado, cuando ve al hombre correr de vuelta a la casa con una expresión de pánico en el rostro y tristeza.

La cuenta atrás de veinte | JJK & KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora