Dos alfas rivales en el hockey universitario, Jungkook y Taehyung, se ven obligados a jugar juntos cuando Taehyung, tras un problema personal, se transfiere a la universidad de Jungkook y se une a su equipo, los Crystal Wolves. Lo que antes era una...
—¿Está más tranquila? —pregunta Jungkook, levantándose del sofá en cuanto ve a Taehyung bajar por las escaleras, unas cuantas horas después—. Lo siento, no me pude ir, estaba preocupado por ambos.
Por supuesto que no se pudo ir, después de comenzar a escuchar los gritos desgarradores de Eunji desde su habitación, los cuales lo hicieron correr hasta la casa contraria al no escuchar a Taehyung, imaginándose el peor escenario.
—Taehyung —insiste Jungkook, al ver al alfa completamente perdido en sus pensamientos—. ¿Necesitas algo? ¿Cómo te puedo ayudar? Te ves bastante...
—Es la primera vez que la veo así —dice Taehyung en un hilo de voz—. Yo... ¿esta mierda es mi culpa? No creo ser capaz de lidiar con más culpa, Jungkook. Es suficiente con toda la mierda que cargo. Soy un desastre. Un jodido desastre. Y te entiendo, entiendo porque jamás dejaste de sentir miedo. ¿De qué sirve perder todo por un jodido desastre?
Jungkook comienza a negar rápidamente al ver cómo Taehyung rompe a llorar con dolor, encorvandose cuando los sollozos lo dejan sin respiración, igual que sus catastróficos pensamientos.
Lo sostiene como puede, sintiendo que el alfa se cae pedazo a pedazo de sus brazos. Trata de aferrarse como puede, pero no cree perder sostenerlo de la forma que quiere, fusionarse con él para limpiar todos y cada uno de sus recuerdos y así arreglar un poco de ese pulverizado corazón.
—Yo te entiendo —jadea Taehyung, tosiendo de la intensidad de su llanto—. Yo te entiendo. Yo lo perdí todo. Me daba miedo también. Yo te entiendo.
—Amor —susurra Jungkook con temor—. Amor, por favor, tranquilo.
No sabe cómo contenerlo, porque este parece sumergido en una ola de recuerdos que lamentablemente no le puede sacar de su cabeza.
—¿Por qué me dejaste...? —la voz del castaño se corta, igual que un niño pequeño—. ¿Por qué me dejaste solo? ¿Por qué...?
Sus ojos se llenan de lágrimas al escucharlo. Y no puede. Simplemente no puede volver a permitirse dejar solo a Taehyung. No cuando su corazón se rompe tanto. No cuando siente que lo ama tanto.
—Perdóname, mi amor —solloza Jungkook, besando la frente del alfa—. Perdóname.
Taehyung niega rápidamente, aferrándose con necesidad del contrario, buscando quitarle todo el miedo y así dejarlo para él.
Y formar un espacio donde no haya más dolor.
Están cansados del dolor.
—Yo te amo —continúa el pelinegro—. Te amo tanto, pero aún así me ganó el miedo y dije esas cosas irracionales.
El castaño llora con más fuerza, sintiendo que no es suficiente su cercanía con el contrario, porque lo necesita bajo su piel. Pegado a él. Solo ellos dos. Nadie más a su alrededor.
Nadie que los juzgue.
Nadie que los odie.
Nadie que los señale con asco.
Nadie que les diga insultos tan hirientes.
—Jungkook —llora Taehyung, escondiendo el rostro en la sudadera negra que lleva el alfa—. No me digas eso. Por favor, no me digas esto. Me matarás del corazón roto. Por favor...
—Déjame intentarlo —súplica el alfa contrario—. Déjame conquistarte nuevamente. Por favor, mi amor. Déjame estar contigo.
Taehyung vuelve a negar, cayendo al sofá junto con Jungkook, donde quedan aferrados el uno al otro mientras lloran desconsoladamente.
No puede aceptar.
No quiere hacerlo.
No quiere ver a Jungkook sufrir por los comentarios hirientes.
No quiere ser lastimado nuevamente.
Porque ahora quien siente miedo no es Jungkook, sino que es Taehyung.
Un miedo que no sabe si tiene reparación.
—No me odies, por favor —pide el alfa castaño casi con desesperación—. No me odies.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Este capítulo es cortito, pero intenso emocionalmente. Creo que es el punto real de quiebre entre ellos, ante el miedo que se junta entre ambos y parece generar una sinergia.
