Telonera | Guido Sardelli

01

꒰⁠⑅⁠ᵕ⁠༚⁠ᵕ⁠꒱⁠˖⁠♡

—Anda y rompela, como solo vos sabés hacer. Dale. —La animó su amiga dándole una palmada en la espalda para que subiera al pequeño escenario de aquel bar con pintas algo indie-rockeras.

Lucía siempre había tocado en bares y cafés de su ciudad, más como un hobby que como una carrera consolidada. Sus seguidores eran pocos, pero fieles, y la apoyaban con cada presentación. A pesar de sus dudas, había subido algunos videos de sus canciones a redes sociales y plataformas de música independiente, aunque nunca habían tenido gran impacto.

Sin embargo, un par de semanas antes del concierto de Airbag, uno de sus videos cantando en vivo, subido por un fan, llegó accidentalmente a los oídos de un productor local que estaba buscando a alguien para abrir el show de la banda. Este productor, que claramente resultó ser, amigo de uno de los managers de Airbag, quedó sorprendido con la autenticidad y la intensidad que Lucía transmitía en sus canciones. No era famosa, pero tenía algo especial, algo que podía enganchar a un público más grande. La fue a ver.

Se sentó y vio que el show de la morocha estaba por comenzar, la vio subirse confiada a aquel pequeño escenario no mas alto de un metro. La chica no solo cantó, sino que sintió cada canción que compuso y que hoy tenía la oportunidad de demostrar lo mucho que amaba la música, sin tener idea de que ahí estaba la persona que iba a cambiar por completo el rumbo de su vida.

El show terminó luego de media hora, se bajó a abrazarse con su amiga la cual la animó durante toda su pequeña presentación hasta que un toque en su hombro la sacó de aquella situación.

—¿Lucia? —Preguntó el productor con una sonrisa en el rostro, notando lo poco formal que estaba siendo.

—Esa soy yo.

—Sos lo que estamos buscando.

La castaña se quedó confundida, ¿La necesitaban para un evento? ¿Un cumpleaños? ¿Una boda?

—Disculpe, no estoy entendiendo. —Habló riendo algo nerviosa ante el repentina cambio de tono.

—Vas a ser grande, piba. —Palmeó su espalda y le dejó su tarjeta de contacto junto con un sobre con algo dentro. —Contactame si queres saber más.

Y sin más, se fue. Dejando a Lucia sorprendida  y sin entender nada. —Si se piensa que me va a comprar como un jugador de fútbol está muy equivocado. —Guardó todo en su bolso y se despidió de su amiga, tomándose un taxi y yendo a su casa.

En el trayecto del bar a su casa, pensaba, ¿qué es eso tan misterioso que contenía el sobre? No Lucia, no. No te vendas... Pero la intriga le ganaba, la curiosidad mató al gato. Y abrió el sobre dentro de ese taxi.

El taxista no supo qué hacer al oír los gritos de la chica, creyendo que algo le estaba pasando.

—Esto es mentira... No, estoy soñando. ¿Esto es un sueño? Dios, no puede ser. —Comenzó a tirarse viento con la mano y al bajar del taxi le dejó casi quinientos pesos de propina al no querer esperar a que el uber contara cuanta plata había en el monto que le dio la chica, no podía perder ni un minuto más en llegar a su casa. Entró al departamento y subió en ascensor, el viaje en ascensor más largo de toda su vida.

Entró, tiró todo y comenzó a leer la "carta" que se encontraba dentro de aquel sobre blanco.

"Para: Lucía Fernández.

Hola Lucía,

¿Cómo estás? Mi nombre es Diego Luján y soy productor musical acá en Chacarita. Te escribo porque hace poco vi uno de tus videos en las redes y me quedé sorprendido con lo que transmitís. Tenés algo especial en tu música que realmente me llegó.

Te cuento que Airbag está por dar un show dentro de poco y están buscando un telonero que le dé un toque fresco y auténtico al evento. Y, sinceramente, creo que sos la persona indicada para eso.

Si te copa la idea, me encantaría que charlemos sobre la posibilidad de que abras el concierto. Sé que puede ser un gran paso, pero confío en que tenés el talento y la onda para brillar en el escenario.

Contactame cuando puedas y vemos cómo lo armamos.

Un abrazo,
Diego Luján."

Y se sintió como que sus esfuerzos quizás habían dado frutos, tomó la carta de contacto y llamó, sin poder esperar un segundo más.

—Buenas tardes, Diego Luján. ¿Quien habla?

—Sí, quiero, acepto, donde firmo.

Se oyó una risa del otro lado de la línea. —Disculpa, me agarraste de sorpresa, Luz. Mira, ya es bastante tarde, yo en veinte minutos ya me voy a mí casa, si querés mañana a la mañana nos juntamos en la cafetería que está al lado del bar de hoy, después te mando bien todos los detalles.

Lucia se despidió y pensó que estaba soñando, iba a tocar junto con una de las bandas más trascendentales de Argentina, o que para ella eso eran a comparación suya. Se puso el pijama y se dispuso a dormir, no podía esperar.

(⁠*⁠˘⁠︶⁠˘⁠*⁠)⁠.⁠｡⁠*⁠♡

—Hola, buen día. —Habló Lucia acercándose a la mesa del dichoso productor. —Disculpe la demora, el colectivo tardó mucho en venir.

—No te preocupes por el retraso —le dijo Diego, con una sonrisa amigable—. Me alegra que hayas decidido venir. La verdad es que tu música tiene un potencial increíble, y creo que podrías encajar muy bien con la energía de Airbag.

Lucía sonrió tímidamente, agradecida pero consciente de que el desafío que se le presentaba era monumental. Las palabras del productor resonaban en su mente, pero aún no podía creer que realmente iba a abrir el concierto de una de sus bandas favoritas.

Después de una conversación amena, Diego empezó a explicar los detalles técnicos y logísticos del concierto. Lucía escuchaba atentamente, tomando notas en su celular, aunque su mente vagaba en otro lugar. Pensaba en el momento en que pisaría ese escenario, en la posibilidad de que su música resonara en un público más amplio.

—Entonces, el ensayo general va a ser el día anterior del show —continuó Diego—. Va a ser tu oportunidad de probar el sonido y ajustar los detalles. ¿Tenés alguna pregunta?

—Eh... no, creo que todo está claro. Solo necesito... —dudó un segundo—. ¿Voy a conocer a la banda antes del concierto?

Diego la miró con una sonrisa. —No sé si eso se puede arreglar, pero puedo hacer lo posible para que los conozcas. Son reee buenos pibes —Alargó.  —, pero no te preocupes, son muy accesibles. Además, estoy seguro de que van a disfrutar tu música.

Lucía sintió un cosquilleo en el estómago. Conocer a los Sardelli, a quienes admiraba tanto, la llenaba de emoción y nervios. Tenía tantas preguntas, pero no quería parecer demasiado entusiasta. Después de todo, todavía era una artista emergente.

—¿Te subis?

—¿Dónde firmo? —Por fin contestó, emocionada por poder compartir escenario con Airbag.

Y sin darse cuenta, su vida cambiaría completamente de rumbo.