Udaios

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Mazmorra subterránea piso 38

"¡Tsubaki, a tu izquierda!"

La advertencia de Pyrion retumbó en el aire, cortando el eco de sus pasos en la oscuridad. Tsubaki, que sostenía una imponente espada negra, reaccionó de inmediato, confiando plenamente en el instinto de su compañero. Con una rápida maniobra, se lanzó hacia un lado, apenas un segundo antes de que una enorme espada se estrellara contra el suelo donde ella estaba.

¡BOOM!

La colosal arma impactó con una fuerza brutal, destrozando el terreno en un radio de cinco metros. Fragmentos de roca y escombros volaron por el aire, la nube de polvo envolviendo la escena como una cortina de humo.

"¡Gracias, Pyrion!" gritó Tsubaki, respirando agitadamente, mientras ajustaba su agarre sobre la espada.

"¡No te distraigas! Este monstruo no te dará otra oportunidad," respondió Pyrion con firmeza, sus ojos analizando el enemigo frente a ellos.

El enorme jefe de piso, Udaios, un coloso de más de veinte metros que parecía un torso arrancado del mismísimo suelo, se erguía ante ellos. A pesar de carecer de la mitad inferior de su cuerpo, su presencia era imponente y su mirada, amenazante.

"¡Vamos, Tsubaki!" gritó Pyrion, ajustando su postura mientras sostenía la lanza con firmeza. Su cuerpo entero estaba tenso, sus músculos preparados para lanzarse al ataque en cualquier instante.

"¡Ahhhh!" Reuniendo valor, Tsubaki soltó un fuerte rugido y con valor se lanzó hacia Udaios, su espada apuntaba al frente lista para cortar.

"¡¡GROOOOAAAAAAARRRRRR!!"

Udaios que vio el desafío de la pequeña mujer, rugió con ira y su poderoso cuerpo se lanzó hacia adelante.

A pesar de su enorme tamaño y peso, se movía con un increíble velocidad, dando la impresión de una enorme avalancha avecinándose.

*CHOQUE*

Ambas espadas chocaron violentamente, Una pequeña larga y una espada descomunal se pusieron frente a frente luchando por el dominio.

Tsubaki apretó los dientes mientras sentía la colosal presión de la espada de Udaios contra la suya. Sus brazos temblaban por el esfuerzo, pero sus ojos mostraban una determinación inquebrantable. A su alrededor, el suelo se resquebrajaba bajo la fuerza del choque, enviando ondas de choque que hacían temblar las paredes de la mazmorra.

Lamentablemente la poderosa fuerza de Tsubaki no fue suficiente para igualar la terrorífica fuerza de Udaios y pronto fue enviada a volar por la descomunal fuerza.

"Ahhggg" Con rugido, Tsubaki clavo su gran espada en el suelo deteniéndose.

Tsubaki aterrizó con fuerza, su respiración agitada mientras usaba su espada como ancla para frenar el impulso que la había lanzado hacia atrás. Aunque sus brazos ardían de dolor, no perdió la compostura ni el fuego en sus ojos. "Maldito... eres más fuerte de lo que pareces."

"Pensé que su gran tamaño y peso ya eran suficientes para darte una idea de su fuerza, pero parece que aún querías comprobarlo personalmente," dijo Pyrion con un toque de burla, mientras vigilaba los movimientos de Udaios.

Tsubaki soltó una risa áspera, a pesar del dolor en sus brazos. "Ya sabes que me gusta aprender las cosas a las malas," respondió con una sonrisa desafiante. Luego, una expresión amarga se dibujó en su rostro al reflexionar sobre su situación. "Por cierto, ¿me puedes recordar cómo terminé en esta situación?"

Pyrion soltó una risa entre dientes, sin apartar la vista de Udaios. "Oh, déjame pensarlo un momento..." respondió, fingiendo reflexionar. "Alguien me dijo que los monstruos en el calabozo ya no representaban una amenaza y que le consiguiera unos más fuertes."

Fragua y AceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora