Fragua y Acero

Fuerte deseo de sobrevivir

El filo carmesí de una espada dejó un rastro luminoso mientras se acercaba con una velocidad mortal hacia su objetivo.

CLANG

Tsubaki, consciente del posible peligro del arma, en un movimiento instintivo giró su cuerpo hacia un lado y levantó su katana para interceptar el ataque.

El choque de las armas resonó en el aire, una lluvia de chispas iluminando brevemente sus rostros tensos. Valletta sonrió, un brillo salvaje en sus ojos, mientras sus fuerzas se encontraban en el intercambio. La fuerza del impacto empujó a Tsubaki hacia atrás, obligándola a retroceder un par de pasos, sus botas arañando el suelo.

"Hehe, un consejo amistoso, herrera: no dejes que el arma te toque, o estas muerta" Valletta, con una sonrisa desbordante, giro su espada en un arco letal, apuntando esta vez hacia el flanco de Tsubaki.

CLANG

Exhausta, Tsubaki no logró mover su katana a tiempo; sin embargo, con un movimiento rápido, alzó su brazo cubierto por la resistente armadura para bloquear el ataque. El impacto resonó con un estruendo metálico, y la vibración recorrió su cuerpo como una descarga, haciéndole entornar los ojos por el dolor.

El filo carmesí resbaló por la armadura, dejando un rastro abrasador que se desvaneció en el aire. A pesar de haber detenido el golpe, Tsubaki sintió el peso del poder de Valletta y apretó los dientes mientras retrocedía un paso más.

"Hehehe, ¡vamos, vamos! ¡Muéstrame más esa expresión llena de dolor!" Grito Valletta con un tono excitado. Su rostro se sonrojó, y su sonrisa, casi maniaca, se ensanchó aún más mientras avanzaba con pasos lentos pero amenazantes.

Tsubaki respiró profundamente, luchando por controlar su cuerpo que comenzaba a ceder ante la fatiga. Apretó con fuerza la empuñadura de su katana y clavó su mirada en Valletta, negándose a mostrar debilidad.

Las constantes batallas la habían llevado cada vez más cerca de su límite. Sus piernas temblaban ligeramente, y su respiración se tornaba más pesada con cada intercambio.

"Tsk, las palabras de Pyr son bastante ciertas... es un dolor de cabeza pelear contra una loca "murmuró para sí misma, llena de irritación.

Tsubaki siguió retrocediendo bajo el implacable ataque de Valletta, mientras recibía los constantes golpes, que continuaron entumeciendo sus brazos, Tsubaki se dio cuenta de que tenía que encontrar una forma de romper el cerco o, de lo contrario, probablemente no sobreviviría hasta que llegara Finn.

Respirando profundamente, dejó de lado la ira que había sentido hacia Valletta. No es que hubiera olvidado la gran ofensa de la mujer, pero sabía que ahora tenía que mantener la cabeza fría. De lo contrario, moriría aquí.

La imagen de Pyrion cruzado de brazos mirándola con seriedad, paso fugazmente por su mente, recordándole los consejos que siempre le daba cada vez que descendía a la mazmorra "Recuerda, Tsubaki, mantener la mente en calma siempre será crucial a la hora de un combate. Nunca te dejes cegar por la ira o recibirás las consecuencias."

Tsubaki ajustó su respiración y comenzó a analizar la situación. Valletta, aunque claramente poderosa, mostraba patrones en sus ataques. Cada embate era feroz, pero también predecible en su intención de abrumarla rápidamente.

Tsubaki apretó con fuerza la empuñadura de su katana y dio un paso lateral, desviando uno de los ataques hacia el suelo. La espada carmesí dejó un surco ardiente en las baldosas de la mazmorra, mientras Valletta soltaba una risa descontrolada.

"¿Qué pasa, herrera? ¿Ya te estás rindiendo? "se burló Valletta, su sonrisa tan amplia que parecía rozar la locura.

Tsubaki la ignoró, centrando su atención en los pequeños espacios entre los golpes. Una abertura... solo necesito una. Un golpe certero, que le de suficiente tiempo para escapar del cerco.