"Jajaja, eres realmente miserable"
La estruendosa risa de Tsubaki resonó por todo la oficina de Pyrion.
Pyrion, con la cabeza apoyada sobre la madera del escritorio, apenas tuvo la energía para responder. "Las buenas obras traen desgracias..." murmuró, mirando de reojo el caos de papeles. Las torres de documentos parecían listas para desmoronarse, documentos en desorden y pergaminos abiertos por todas partes.
"Hefesto es realmente cruel..." murmuró Pyrion, desbordado por la pila interminable de tareas frente a él. Nunca imaginó que su regreso con Tsubaki herida, luego de la intensa batalla, acabaría en una situación como esta.
Recordó la escena del día anterior, cuando había entrado en la oficina de Hefesto, lleno de orgullo y esperando algún tipo de reconocimiento. Después de todo, había ayudado a Tsubaki a lograr su hazaña para subir de nivel, un logro que sin duda merecía una celebración. Pero su diosa no parecía compartir su entusiasmo. En lugar de halagos o agradecimientos, Hefesto le lanzó una mirada severa que heló su espíritu.
Al parecer, a Hefesto no le pareció en absoluto agradable la idea de que Pyrion llevara a uno de sus hijos más preciados a un combate mortal contra un jefe mucho más poderoso que ella.
Después de pasar gran parte de la noche soportando el largo sermón de Hefesto, Pyrion pensó que al menos tendría una tregua al día siguiente. Pero cuando se levantó esa mañana y se dirigió a su escritorio, se encontró con una escena digna de pesadilla.
Normalmente, las tareas y el papeleo de la familia se dividían en un cómodo 60/40: Hefesto se encargaba de la mayoría, mientras él se ocupaba de una pequeña parte.
Pero parecía que su diosa no solo había decidido darle una lección verbal, sino que también había implementado una nueva "redistribución de responsabilidades." Esta mañana, sin previo aviso, Hefesto había transferido toda su carga de trabajo directamente a Pyrion, quien se encontró rodeado de montones de informes, solicitudes de material, y listas de armas en producción.
"¿Tú al menos piensas ayudarme, no?" Mirando a Tsubaki con una pizca de esperanza, Pyrion pensó que, al menos ella, mostraría algo de gratitud por la pelea de ayer.
Pero Tsubaki simplemente cruzó los brazos y sonrió con burla. "¿Y privarte de esta oportunidad de aprender la verdadera carga de la responsabilidad? Jamás." Su risa resonó en la oficina, llena de una diversión que solo empeoraba el humor de Pyrion.
"Olvídalo. Si solo estás aquí para burlarte, ¡piérdete!" Agitando la mano con enojo, Pyrion echó a Tsubaki sin contemplaciones.
"Je, y que si no voy" Alzando su cuello como un cisne orgulloso Tsubaki se negó a dar marcha atrás, su expresión llena de una picardía que encendía aún más el malhumor de Pyrion.
Pyrion sintió una vena palpitando en su frente, y su paciencia, ya de por sí escasa tras el sermón de Hefesto, finalmente se rompió. "Parece que la paliza de Udaeus no fue suficiente y necesitas otra, ¿eh?" Con una mirada fulminante, se levantó de su silla, listo para darle una lección a su "pequeña hermana".
"Tu, Golpearías a una mujer herida?" Sin inmutarse, Tsubaki cruzó los brazos y sonrió mientras daba un golpecito a la venda que aún cubría su brazo.
"No tengo ningún problema en hacerlo." Sin preocuparse en absoluto, Pyrion se lanzo listo para mejorar las estadísticas de resistencia de su hermana.
"¡Tú...! De verdad te atreves a—"
"¡Ven aquí!"
"¡Agh...! ¡Ayuda!"
TOC
El sonido de alguien tocando la puerta hizo que Pyrion detuviera sus planes y volteara su mirada hacia la entrada de su oficina.
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Fragua y Acero
Fanfiction"Después de morir en su mundo anterior, Pyrion renace en el fascinante mundo de Danmachi con una nueva identidad y una segunda oportunidad. Ahora como un talentoso herrero y orgulloso miembro de la familia Hephaistos, Pyrion se embarca en una aventu...