Valletta Grede

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SLASH

THUD

Con el sonido de una espada rompiendo el viento, el brazo de uno de los soldados espirituales cayó al suelo con un sonido sordo. El hombre, cayó al suelo con fuerza, incapaz de mantener el equilibrio. Su brazo derecho ahora cortado, trataba de regenerarse con lentitud.

"Jeje, veamos si puedes volver a usar tu brazo para defender tu cabeza." La voz de Tsubaki sonó con una mezcla de burla y desdén mientras observaba al soldado caer, jadeando levemente, Tsubaki alzo su espada, fijando su próximo objetivo.

A su alrededor, los cinco soldados espirituales, cubiertos de cortes profundos y heridas, la observaban con su mirada vacía y desenfocada, la locura grabada en sus ojos.

RUGIDO

Uno de ellos avanzó con un alarido inhumano, seguido rápidamente por los otros cuatro, como si sus movimientos estuvieran sincronizados por una voluntad externa.

"Bien, esta pelea se ha alargado demasiado. Es hora de terminar." Tsubaki apretó con fuerza la empuñadura de su katana, sus ojos analizando el estado de cada uno de sus oponentes. Había identificado un patrón en su regeneración: no era instantánea ni ilimitada. Eso le daba una oportunidad.

Con un movimiento ágil, se adelantó hacia el grupo, lanzándose hacia el soldado que lideraba el ataque. Un golpe diagonal limpio partió su pecho, dejando una herida profunda que dificultaría cualquier regeneración rápida.

"No tienen forma de seguir el ritmo." Pensó mientras giraba sobre su eje, esquivando el ataque del siguiente soldado y devolviendo un corte preciso que atravesó su pierna.

Los otros intentaron rodearla, pero Tsubaki, aprovechando su superior velocidad y experiencia, los mantuvo a raya. Con cada golpe que daba, los soldados caían más rápido, su regeneración incapaz de seguir el ritmo de los cortes calculados de Tsubaki.

Fijando el siguiente objetivo, Tsubaki se movió con gran velocidad hacia el soldado espiritual al que le había cercenado el brazo. Blandiendo su katana con fuerza, apuntó a decapitarlo de un solo golpe.

Sin embargo, para su sorpresa, el soldado espiritual, en lugar de retroceder o esquivar como los otros, se lanzó directamente hacia ella en un movimiento completamente suicida. Su locura parecía haber alcanzado un nuevo nivel.

Aunque desconcertada, Tsubaki no detuvo su corte. Como un rayo, la espada se dirigió al cuello del hombre, segura de que ese golpe lo terminaría de una vez por todas.

SLASH

La katana trazó un arco impecable, cortando con precisión. La cabeza del soldado cayó al suelo, pero su cuerpo no se detuvo.

"¿Qué demonios?" Tsubaki retrocedió rápidamente, con los ojos fijos en el cuerpo decapitado que seguía avanzando hacia ella con movimientos erráticos, como si la falta de una cabeza no fuera suficiente para detenerlo.

Antes de que pudiera reaccionar, el cuerpo del soldado decapitado se lanzó hacia ella con una fuerza inesperada, usando su peso para intentar hacerla tropezar.

El impacto la tomó por sorpresa, obligándola a dar varios pasos hacia atrás para mantener el equilibrio. Sin embargo, el peso del cuerpo y su falta de reacción ante el golpe hicieron que Tsubaki terminara cayendo al suelo, su katana chocando con fuerza contra la tierra.

SLASH
SPLASH

Sintiendo el peligro extremo, Tsubaki rodó sobre sí misma con toda la fuerza que pudo reunir. A pesar de su rápida reacción, una espada logró alcanzarla. El filo cortó su espalda baja, dejando un largo y ardiente corte horizontal.

Fragua y AceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora