Desesperación!

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"¿Espadas mágicas?" La pregunta sorprendió a Zald, pero su curiosidad lo impulsó a responder, a pesar de la situación. "Según tengo entendido, son armas mágicas muy poderosas que aterraron a los elfos en el pasado, pero solo la familia Crozzo tiene la capacidad de hacerlas."

Pyrion, con una sonrisa astuta, siguió acercándose cada vez más a la trampa que había preparado. "¿Alguna vez has visto una, Zald?"

"¡JAJA! Mocoso, no sé qué tontería estás tramando, pero te digo que no servirá en absoluto." Zald soltó una fuerte carcajada, con la confianza de un veterano que sabe reconocer una distracción. Al fin y al cabo, había visto muchas artimañas a lo largo de su carrera.

Pyrion, sin embargo, no se detuvo en su intento de ganar tiempo. "JAJA, sin embargo, incluso si es una trampa, aun así vas a seguirme, ¿no, Zald?" Con una sonrisa desafiante, Pyrion no se molestó en ocultar que el gigante había descubierto el truco. Sabía que, al final, Zald no tendría más opción que seguirle el juego si quería atraparlo.

"En eso tienes razón, Pyrion." Zald, con una sonrisa feroz y confiada, asintió. "Aunque sé que estás planeando algo, no importa. Si hay una trampa, ¡La voy a romper! No importa cuán inteligente seas, mocoso, al final te atraparé."

Zald había asumido que su poder y resistencia serían suficientes para superar cualquier obstáculo. La velocidad de Pyrion, aunque impresionante, no era suficiente para evitar la tremenda fuerza de Zald en un combate cuerpo a cuerpo.

Viendo que ya estaban a unos pocos metros, del pasillo rodeado de las grandes montañas, Pyrion sonrió, luego dirigió su mirada a su mano, donde 5 elegantes anillos brillaban levemente.

"Oye Zald!, Quieres ver un espada mágica real?" Con un sonrisa, Pyrion toco levemente uno de sus anillos.

"Los trucos son inútiles mocoso, detente y pelea honestamente conmigo!" Zald no respondió a la pregunta de Pyrion, solo lo miro fijamente mientras se acercaba cada vez más.

Pyrion, no se dejó intimidar y continuo con una hablando. "Dicen que solo la familia Crozzo puede hacer espadas mágicas... Pero Zald, parece que yo rompí esa tradición." Con una sonrisa orgullosa, Pyrion acarició suavemente el anillo en su dedo. Un destello brillante iluminó el aire cuando el anillo comenzó a transformarse.

El brillo cegador atrajo la atención de Zald, quien, por un momento, parpadeó sorprendido. Frente a él, el anillo de Pyrion se transformó en una espada con una forma algo extraña, pero impresionante. La hoja, de un rojo brillante, parecía irradiar un resplandor intenso.

La sorpresa, distrajo brevemente al gigante, que no se dio cuenta que habían entrado en el pasillo potencialmente peligroso.

"Que te parece Zald?... déjame darte una buena noticia, serás la primera persona en probar en carne propia el poder de mis espada mágicas" Ensanchando su sonrisa, al ver que Zald había entrado a su trampa, Pyrion tomo la espada por el mango y con cuidado inyecto algo de energía mágica.

Un mal presentimiento golpeo a Zald, que ahora se había dado cuenta en la peligrosa ubicación que se encontraba, sin embargo para su lastima, Pyrion no le iba a dar mucho tiempo para pensar.

"¡Ten cuidado, Zald-san!" Con una sonrisa feroz, Pyrion canalizó rápidamente una gran cantidad de energía mágica hacia la espada, y con un movimiento violento, lanzó el arma hacia Zald con una fuerza devastadora.

La espada cortó el aire a una velocidad y potencia aterradoras, su luz roja brillando como un cometa que se dirigía directamente al gigante. Zald apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que el filo se acercara con una rapidez mortal.

"¡Maldita sea!" Zald gruñó, dando un paso atrás y levantando su propia espada en un intento desesperado por interceptar el ataque.

Sin embargo, antes de que su espada pudiera bloquear el golpe, la espada mágica de Pyrion brilló con intensidad, iluminando toda la mazmorras en un resplandor cegador. El brillo se intensificó aún más y, con un rugido atronador, una explosión ensordecedora se desató un fuerte impacto.

Fragua y AceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora