"Fue un placer tenerte hoy haciéndome compañía, mi querido Pyr."
Era tarde en la noche, y en la entrada de Folkvangr, la residencia de la familia Freya, Freya, Ottar y Pyrion caminaban juntos hacia la salida. Freya colgaba del brazo de Pyrion con total naturalidad, ignorando cualquier rastro de incomodidad en el joven herrero, mientras Ottar, siempre en silencio, los seguía a unos pasos detrás con su imponente presencia.
"También disfruté la comida, Freya," respondió Pyrion finalmente, con una leve sonrisa. A pesar de los nervios iniciales, había logrado relajarse durante la cena, disfrutando de los exquisitos platillos que, según Freya, habían sido preparados especialmente para él.
Afortunadamente para él, durante el resto de la noche, Freya se había comportado como una dama, permitiéndole sentirse algo más cómodo mientras cenaban juntos.
"Oh, querido, me alegra que lo hayas hecho. Me aseguraré de que tengas muchas más oportunidades para cenar aquí," respondió Freya con una sonrisa que combinaba dulzura y picardía.
Pyrion soltó una pequeña risa nerviosa, intentando esquivar la mirada de la diosa. "Gracias... pero no es necesario que se molesten tanto por mí."
"Para nada," respondió Freya mientras abrazaba con más fuerza el brazo de Pyrion con una sonrisa radiante.
"Jeje... Por cierto, Ottar, espero que te haya gustado tu arma," dijo Pyrion, buscando cambiar de tema mientras miraba al silencioso guerrero.
"El arma es perfecta, Pyrion-san. Me honra tener una obra de tal nivel," respondió Ottar. Aunque era un hombre de pocas palabras, su tono estaba lleno de pasión, dejando en claro lo impresionado que estaba con el trabajo del herrero.
"¿Ves? Incluso el siempre serio Ottar está impresionado," añadió Freya con una risa suave, apretando ligeramente el brazo de Pyrion. "No es de extrañar, viniendo del mejor herrero de Orario."
Pyrion sintió un leve rubor subir a sus mejillas. "Freya, exageras... Solo hago mi trabajo lo mejor que puedo."
Freya lo miró con una expresión llena de admiración. "Fufu, mi querido Pyr, la perfección de tu trabajo es innegable. Solo con ver el espíritu que emana de esta arma, cualquiera se daría cuenta de que es digna de admirar, incluso para los dioses."
Pyrion se rascó la nuca, algo incómodo ante el elogio tan directo. "Aprecio tus palabras, Freya."
"Fufu, siempre tendré infinitos elogios para mi pequeño Pyr. Recuerda, tu más grande fan siempre seré yo," dijo Freya con una sonrisa encantadora, mientras una pizca de ternura se reflejaba en su tono.
Pyrion suspiró, esbozando una sonrisa resignada. "Freya... a veces creo que dices estas cosas solo para molestarme."
"¿Molestarte? ¡Nunca!" respondió ella, fingiendo indignación antes de soltar una risita. "Es simplemente mi manera de demostrar cuánto te admiro."
"Claro... como digas," respondió él, sacudiendo ligeramente la cabeza mientras una pequeña sonrisa seguía en su rostro.
"Es tarde, Freya. Mi diosa debe estar preocupada," comentó Pyrion al mirar la luna en lo alto del cielo. Había perdido la noción del tiempo, y sabía que si no se apresuraba a regresar, definitivamente recibiría un regaño de Hephaistos.
"Qué lástima," suspiró Freya con fingido pesar, sacudiendo la cabeza mientras levantaba su mirada hacia él con un puchero malicioso. "Por cierto, ¿no te despedirás correctamente?"
"¿Despedirme correctamente?" Pyrion la miró con confusión, preguntándose qué estaría tramando ahora la diosa.
"¡Claro!" Una sonrisa traviesa se dibujó en el rostro de Freya antes de responder con un tono dulce. "Después de preparar una cena tan especial para nosotros, ¿no merezco al menos un pequeño beso?... en mi mejilla, por supuesto"
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Fragua y Acero
Fanfikce"Después de morir en su mundo anterior, Pyrion renace en el fascinante mundo de Danmachi con una nueva identidad y una segunda oportunidad. Ahora como un talentoso herrero y orgulloso miembro de la familia Hephaistos, Pyrion se embarca en una aventu...