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El aire de Incheon estaba impregnado de la fragancia de la tierra húmeda y el suave susurro del viento que acariciaba las hojas. Después de la lluvia, el pueblo parecía brillar con un resplandor renovado, cada rincón reflejando la luz de un sol que se atrevía a asomarse entre las nubes grises. Para Jake, ese cambio en el clima era también un reflejo de lo que sucedía en su interior. Desde su conversación con Heeseung, sentía que había dejado atrás las sombras del miedo y la indecisión, permitiendo que una nueva claridad y un renovado sentido de propósito lo invadieran.

Había algo especial en Heeseung, algo que iba más allá de su atractivo físico y de su enigmática presencia. Era la forma en que sus ojos oscuros parecían entenderlo sin necesidad de palabras, como si cada mirada intercambiada entre ellos contara una historia que solo ellos podían descifrar. Cada vez que Jake estaba cerca de él, el mundo exterior se desvanecía, y todo lo que existía era la tensión palpable entre sus cuerpos, un magnetismo que los unía de una manera que desafiaba la lógica.

Esa tarde, decidieron reunirse en un pequeño café que se encontraba cerca de la biblioteca. Jake había elegido ese lugar por su atmósfera acogedora, con mesas de madera desgastada y sillas que parecían haber sido moldeadas por las historias de aquellos que las habían ocupado. El sonido de las tazas de cerámica al chocar y la música suave de un viejo gramófono creaban un ambiente perfecto para sus conversaciones.

Cuando Heeseung llegó, la luz del sol se filtraba a través de la ventana, iluminando su rostro y acentuando la curva de sus labios. Jake sintió que su corazón se aceleraba. Había algo en la forma en que Heeseung se movía, una elegancia natural que lo hacía parecer casi etéreo. Al verlo sonreír, Jake no pudo evitar sonreír también, como si el mero acto de compartir ese momento fuera suficiente para disipar cualquier sombra de duda que pudiera quedarle.

—¿Cómo ha ido la escritura? —preguntó Heeseung mientras se sentaba frente a él, su mirada intensa y curiosa.

Jake se inclinó hacia adelante, sintiendo una conexión palpable en el aire entre ellos. Era un vínculo que iba más allá de la amistad; era un entendimiento profundo, una sinfonía de emociones que resonaban en sus corazones.

—He estado trabajando en la historia de Dominic y Jhon —respondió Jake, sintiendo cómo la emoción empezaba a fluir en sus venas—. A medida que la escribo, siento que sus voces cobran vida. Es como si pudieran hablarme, como si me guiaran.

Heeseung lo escuchaba con atención, sus ojos brillando con un interés genuino. Jake se dio cuenta de que, en esos momentos compartidos, no solo estaba revelando su proceso creativo, sino también abriendo una puerta a su alma. Se sentía vulnerable, pero al mismo tiempo liberado. La conexión entre ellos se fortalecía con cada palabra, cada mirada y cada sonrisa.

—Es hermoso —dijo Heeseung, su voz suave y melódica—. Lo que haces no es solo escribir; es dar vida a su amor, a su historia. Eso es algo muy valioso.

Las palabras de Heeseung lo conmovieron, y Jake sintió un cálido cosquilleo en su pecho. En un instante, el café se desvaneció a su alrededor. El bullicio de la gente y el aroma del café se convirtieron en un mero fondo. Lo único que importaba era la conexión que se estaba formando entre ellos, como dos hilos entrelazados en un tapiz vibrante de sentimientos.

—¿Y tú? ¿Cómo te sientes al respecto? —preguntó Jake, sus ojos fijos en los de Heeseung.

Heeseung vaciló por un momento, como si estuviera buscando las palabras adecuadas. Cuando finalmente habló, su voz era casi un susurro.

—A veces siento que estoy atrapado entre dos mundos. Hay cosas que la gente espera de mí, pero mi corazón anhela algo diferente. Y conocerte ha cambiado eso. Me siento más libre a tu lado, más capaz de ser quien realmente soy.

Jake se quedó sin aliento. Cada palabra de Heeseung resonaba en su interior como un eco de sus propios sentimientos. Ambos estaban buscando lo mismo: autenticidad, amor y conexión en un mundo que a menudo intentaba separarlos de sus deseos más profundos.

El tiempo pasó rápidamente, y antes de que se dieran cuenta, las luces del café comenzaron a atenuarse mientras el sol se ocultaba tras las montañas. La conversación se volvió más profunda, más íntima. Hablaban de sus sueños, de sus miedos y de lo que anhelaban para el futuro. Jake se sentía como si estuviera compartiendo una parte de sí mismo que había mantenido oculta durante demasiado tiempo. Y en ese intercambio de pensamientos y sentimientos, se dio cuenta de que no solo estaba escribiendo la historia de Dominic y Jhon; también estaba escribiendo la suya.

A medida que la noche avanzaba, el aire se tornó más fresco, y el café se vació poco a poco. Jake propuso dar un paseo bajo las estrellas, y Heeseung aceptó con una sonrisa, como si hubiera estado esperando esa invitación. Al salir, el cielo estaba adornado con un manto de estrellas titilantes que iluminaban su camino.

Caminaron juntos por las calles empedradas, dejando que el silencio hablara entre ellos. La luz de la luna reflejaba en los ojos de Heeseung, dándole un aire aún más misterioso. Jake sentía que el latido de su corazón se sincronizaba con el ritmo de sus pasos, y en ese momento, supo que había algo más que amistad entre ellos, algo que iba más allá de las palabras.

De repente, Heeseung se detuvo y se volvió hacia Jake, su expresión seria pero llena de emoción.

—Jake, hay algo que necesito decirte —dijo, su voz temblando ligeramente—. He estado sintiendo algo por ti, algo que no puedo ignorar. Es como si nuestras almas se hubieran encontrado en medio de todo este caos.

Jake sintió que el mundo se detenía. Las palabras de Heeseung resonaron en su mente y en su corazón, llenándolo de una mezcla de temor y anhelo. Él también había estado sintiendo esa conexión, ese tira y afloja entre sus corazones, pero nunca había encontrado el valor para expresarlo.

—Yo también siento lo mismo —confesó Jake, sus palabras saliendo con un susurro casi tembloroso—. Desde que llegué a Incheon, desde que te conocí, he sentido algo especial entre nosotros. Una conexión que no puedo explicar.

Heeseung dio un paso hacia adelante, acercándose a Jake con una intensidad que lo dejó sin aliento. La distancia entre ellos se evaporó y se acorto , y Jake sintió el calor que emanaba de Heeseung. Era un fuego suave y reconfortante, una promesa de algo hermoso y genuino.

Sin pensarlo, Jake extendió su mano y tomó la de Heeseung entre las suyas para luego entrelezarlas Heeseung jalo del brazo de Jake para terminar en un abrazo . El contacto eléctrico envió un escalofrío a través de su cuerpo, y el mundo a su alrededor se desvaneció por completo. Estaban atrapados en su propio momento, en su propia burbuja de felicidad.

—¿Qué hacemos con esto? —preguntó Heeseung, sus ojos fijos en los de Jake, buscando una respuesta.

—No lo sé —respondió Jake, sintiendo la sinceridad de su propia vulnerabilidad—. Pero estoy dispuesto a descubrirlo contigo. Quiero explorar esto, nuestra conexión, sin miedos ni dudas.

Heeseung sonrió, y en su rostro brilló una luz que hizo que el corazón de Jake se acelerara. La sonrisa de Heeseung era la respuesta que ambos necesitaban. En ese instante, la decisión fue clara. Ya no había más dudas, ni temores que los detuvieran. Lo que sentían era verdadero, y estaban listos para explorar esa conexión, para dejar que sus corazones se guiaran entre sí.

La noche avanzaba, y las estrellas brillaban con fuerza. Jake sabía que el camino hacia adelante podría estar lleno de desafíos, pero en ese momento, rodeado de la calidez de Heeseung, sintió que cualquier cosa era posible. A su lado, había encontrado no solo a un amigo, sino a alguien con quien compartir su vida, su historia y su amor.

Tomando una respiración profunda, Jake miró a los ojos de Heeseung y vio en ellos el reflejo de su propia esperanza y anhelo. Sabía que juntos podrían enfrentar cualquier tormenta, que su amor podría brillar incluso en la oscuridad más profunda. Y así, bajo el manto estrellado de Incheon, la conexión entre ellos se selló, no solo con palabras, sino con el poder de lo que podrían llegar a ser juntos.

el secreto de las cartas de amor; heejake!ღDonde viven las historias. Descúbrelo ahora