--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
El sol comenzaba a ocultarse tras las montañas, tiñendo el cielo de un naranja cálido, mientras Jake se encontraba nuevamente en la biblioteca del convento, rodeado de antiguos libros y cartas. Habían pasado ya varios días desde que había descubierto la historia oculta entre las páginas amarillentas de las cartas de Dominic y Jhon. A pesar de todo lo que había aprendido, todavía había algo en el fondo de su mente que no terminaba de encajar. El misterio de su relación no estaba completo. Había una verdad que necesitaba descubrir, una que no había sido contada en las cartas.
Los secretos, pensó Jake mientras hojeaba una carta más, siempre dejan algo sin revelar. Y en este caso, esas sombras que oscurecían la historia de Dominic y Jhon pedían ser comprendidas en su totalidad. Había algo más profundo, algo más que sus amores prohibidos y las cartas llenas de pasiones escondidas.
Jake comenzó a leer una carta más, la que había estado escondida entre las páginas de un viejo cuaderno. En ella, Dominic no hablaba solo de su amor por Jhon, sino de algo que jamás había mencionado a nadie. Las palabras eran temblorosas, casi como si la tinta hubiera sido escrita bajo una presión emocional inmensa.
*"La realidad, Jhon, es que no podemos seguir adelante. El convento, el pueblo... todo está en nuestra contra. Lo que sentimos, lo que compartimos, no tiene un lugar aquí. Tal vez, alguna vez, el destino nos permita vivir juntos, pero por ahora, no puedo seguir mintiendo a todos, ni a mí mismo. Nos estamos arrastrando en un amor que no puede ser, que no será aceptado nunca. No quiero que nos destruyamos por algo que está fuera de nuestro control. Mi amor por ti, mi querido Jhon, será eterno, pero nunca podrá ser vivido como lo soñamos."*
Jake se quedó en silencio al terminar de leer. Esa carta, mucho más desgarradora que las anteriores, revelaba la verdad detrás de su separación. No era solo la prohibición social lo que los había separado. La conciencia de lo imposible de su amor, de la lucha interna que cada uno enfrentaba con su propia identidad, había sido lo que los había quebrado. En las palabras de Dominic, Jake pudo escuchar la desesperación, pero también una aceptación sombría. La verdad de su amor no radicaba en el simple deseo de estar juntos, sino en el sacrificio de no vivirlo, de dejarlo ir para protegerse a sí mismos.
Jake sintió un peso en el pecho, como si el aire se hubiera vuelto denso y frío. A veces, pensó, las historias de amor no tienen finales felices, no porque el amor en sí mismo falte, sino porque las circunstancias, las normas sociales, la época en que viven los protagonistas, los convierten en algo que no puede ser alcanzado. Y ahí estaba la historia de Dominic y Jhon: un amor que no tenía futuro, una pasión que nunca podría concretarse de la manera en que ambos habían soñado.
Jake, entonces, comprendió algo que había eludido hasta ese momento. No se trataba solo de un amor prohibido entre dos hombres; se trataba de un amor que no encontraba espacio en su tiempo, un amor que debía permanecer oculto para sobrevivir. Dominic y Jhon nunca tuvieron la oportunidad de ser felices en un mundo que los condenaba. La tragedia no estaba en que no pudieran amarse, sino en que tuvieron que callar ese amor, disimulando lo que sentían, viviendo a medias.
La historia, como muchas otras, tenía un final cruel. Jhon había partido del pueblo en busca de una vida en la que pudiera ser él mismo, sin las sombras de la represión sobre él. Dominic, por su parte, había decidido quedarse, atado al convento, a su familia y a las expectativas que la sociedad le imponía. Ambos habían seguido caminos diferentes, pero la verdad era que ambos continuaban amándose en secreto, aunque el tiempo y las circunstancias los habían separado de una manera definitiva.
Jake se sintió vacío al comprender toda la verdad. Lo que había comenzado como una simple investigación había ido más allá. Había descubierto el dolor, el sacrificio, la soledad de dos almas que se amaron en silencio, en secreto, y que nunca pudieron ser libres para vivir su amor como querían.
Sin embargo, esa historia no estaba perdida. A través de esas cartas, a través de las palabras que Dominic había dejado atrás, el amor entre ellos seguía vivo, aunque no pudiera ser mostrado al mundo. Jake miró las cartas una vez más, con un profundo respeto y una tristeza que sentía que lo atravesaba. Era un recordatorio de la lucha que tantas personas aún enfrentan, incluso en la actualidad. El amor no siempre es fácil ni accesible, pero su poder nunca debe subestimarse.
En ese momento, algo cambió dentro de Jake. Ya no se trataba solo de un romance prohibido entre dos hombres, sino de una historia más grande, más universal. El amor, en todas sus formas, seguía siendo el mayor acto de valentía, el más profundo de los sentimientos, que no conoce barreras ni límites.
Jake cerró las cartas con cuidado y las guardó en su bolso. No quería que esa historia quedara olvidada, ni que su sufrimiento quedara en las sombras. Al igual que ellos, al igual que tantas otras personas a lo largo de la historia, el amor de Dominic y Jhon merecía ser recordado.
Y mientras caminaba hacia la salida del convento, Jake sabía que su propio viaje no había terminado. Había mucho más por descubrir, mucho más por entender, pero ahora, con la historia de Dominic y Jhon en su corazón, sabía que cualquier sacrificio valdría la pena si eso significaba vivir y amar con sinceridad, sin temores, sin arrepentimientos.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
ESTÁS LEYENDO
el secreto de las cartas de amor; heejake!ღ
Ficción históricaJake , un joven escritor coreano, llega a Incheon, un pequeño pueblo andino envuelto en misterio, para investigar el antiguo convento del lugar. Entre los viejos libros de la biblioteca, descubre un paquete de cartas secretas que narran un romance p...