16. Vivo

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Dos meses después.

El filo de la espada pinchó la piel de su cuello, fría e impecable, tan afilada que Sunoo ni siquiera se atrevió a tragar bajo los ojos entrecerrados de Jungwon los cuales perforaban los suyos, temiendo que el filo pudiera cortarlo. Hubo un tenso silencio, el pecho de Sunoo subía y bajaba con cansancio.

Luego Jungwon dio un paso atrás con una sonrisa de satisfacción, soltó a Sunoo y alejó la espada de su cuello.

—Perdiste otra vez. —dijo, haciendo que Sunoo resoplara y bajara la mirada.— ¿Cómo queda la puntuación, Jake?

—Uh, treinta y cuatro a tres. —Jake respondió desde donde estaba subido en un barril.— Eres terrible en esto, Sunoo.

—Vete a la mierda. —Sunoo murmuró, rascándose la cicatriz en su mejilla. Ahora era una pálida línea blanca, la cual seguía el borde de su pómulo y se detenía solo a unos centímetros de su nariz. Era una de las muchas cicatrices que ahora poseía, cada una hecha en batallas con otros barcos. Había una que Jay le hizo cuando estaban entrenando, lo que estaba haciendo con Jungwon ahora mismo, Jay se había entusiasmado un poquito y había cortado accidentalmente el muslo de Sunoo. Se había asustado tanto que se negó a volver a entrenar con Sunoo, y este no tuvo más remedio que ir con Jungwon, quien era el mejor en el barco (Sunghoon siempre le decía que era el segundo mejor).

En los últimos dos meses, Sunoo había perdido casi todas las características del príncipe que solía ser. Ya no caminaba con la barbilla en alto, no se molestaba en mantener la postura cuando estaba sentado y ya no cuidaba sus palabras al hablar. Era un pirata hecho y derecho, lo único que lo separaba del resto de la tripulación era la sangre que lo ataba a su familia real.

Sus manos ya no eran suaves, sino ásperas y fuertes como el resto de sus músculos de las muchas batallas por las que había tenido que pasar. Ya no era un simple grumete, sino que ahora era un contramaestre, encargado de vigilar que las órdenes del Capitán se llevaran a cabo y se ocupaba del manejo diario del barco. Era el más cercano a Sunghoon, pero no solo en autoridad.

La tripulación había aceptado lo que había entre él y Sunghoon sin ningún problema. Sunoo no sabía que habría hecho si la tripulación no hubiera aceptado el hecho de que estaba en la cama con Sunghoon.

Pero era eso. No estaban solo en la cama juntos; Sunoo lo amaba. Amaba a Sunghoon, pero aún no se lo había dicho y si era realmente honesto, no quería decir nada todavía, estaba disfrutando demasiado del presente como para preocuparse por palabras.

Sunoo se había enamorado de la vida en el mar y rara vez evitaba pensar en su vida en Inglaterra. La emoción de las tormentas que ocasionalmente sacudían el mar, la lluvia en su rostro desnudo cuando ordenaba la tripulación cerca de Sunghoon, el sonido agudo de espada contra espada durante batallas, la adrenalina fluía a través de él como una droga nunca podría... Sunoo nunca hubiera pensado que podría vivir así.

Algunas veces era difícil, como cuando Heeseung perdió su dedo medio, índice y anular en una pelea con otra tripulación, o cuando Jungwon quedó embarazado pero perdió al bebé días después en la misma pelea en la que Heeseung perdió los tres dedos. Sin embargo, siempre lograban superarlo todo, Jungwon admitió que ni siquiera extrañaba al bebé "No tuve tiempo de enamorarme de él, ¿Cierto?". Sunoo no dijo nada cuando vio a Jungwon llorar una noche, murmurando una oración al cielo en Árabe.

Sin embargo, después de todo, Sunoo sabía que había encontrado su vocación: su lugar estaba en la Odisea Maldita, junto a Sunghoon, y no en un trono en un salón de baile escuchando a embajadores extranjeros intentando conseguir un acuerdo por 'el bien del reino'.

A sea without water, a compass without direction ⪼ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora