14. Batalla

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Terminología importante:

» Artillero: el experto en los aspectos técnicos de la artillería.
» Chico de la pólvora: un jovencito en barcos que distribuía pólvora a los artilleros de los cañones durante una batalla.

Sunoo terminó de vestirse rápidamente, agarró una daga y la metió bajo su cinturón, solo por si acaso. Casi había terminado de ponerse el frasco alrededor de su cuello de nuevo, pero finalmente decidió no hacerlo cuando se dio cuenta de que podría quebrarse durante la batalla. Se puso el anillo de Sunghoon en su dedo. Le quedaba un poco grande, pero realmente no importaba: no había forma de que se permitiera perderlo.

Cuando salió de la cabina, vio a Sunghoon en la parte delantera del barco. Estaba mirando a través de su telescopio de mano, estudiando al otro barco que todavía estaba lejos, pero que se acercaba rápidamente. Sunoo se acercó a Sunghoon, sabiendo que tenía la obligación como el grumete del capitán —no había duda de que tenía ese trabajo en particular de vuelta.

—¿Qué estamos viendo, capitán? —Jungwon preguntó justo cuando Sunoo se acercó lo suficiente para escuchar de lo que hablaban.

Sunghoon no respondió enseguida, bajó su telescopio lentamente.

—Guineanos. —dijo en voz baja, perdido en sus pensamientos.

Sunoo frunció el ceño, sin reconocer el término. Jay pareció darse cuenta y se inclinó un poco más cerca.

—Barco de esclavos. —le explicó en un tono bajo. Sunoo le dirigió una sonrisa agradecida.

—¿Qué implica eso para nosotros? —Jungwon preguntó.— Si vamos a atacar, necesito saberlo ahora mismo para tener los cañones listos.

Parecía que Jungwon era el artillero de la Odisea Maldita. Sunoo se dio cuenta de que Jungwon tenía que ser inteligente para tener tantas responsabilidades en el barco: no solo era el navegante, era el artillero, le daba órdenes a los chicos de la pólvora y los preparaba para disparar los cañones.

Y Sunoo era simplemente un grumete que escribía cartas.

De repente, Sunghoon suspiró profundamente, llamando la atención de Sunoo.

—Vamos a atacar. —dijo.— Preparen los cañones.

—No. —Sunoo interrumpió, sorprendiendo no solo a todos ellos, sino también a sí mismo. Nadie tenía permitido ir contra el capitán, sin importar su rango en el barco. Por otra parte, Sunoo Kim siempre fue hecho para la grandeza.

—¿Perdón? —Sunghoon dijo, claramente sorprendido por el hecho de que alguien había desafiado su orden.

Sunoo se obligó a mantenerse erguido, se obligó a no vacilar bajo la mirada del alfa.

—Hay personas inocentes en ese barco. —dijo, lamiendo sus resecos labios.— Esas personas están en ese barco a la fuerza. No tenían otra opción. No puedes matarlos, ellos no han hecho nada malo.

Sunghoon entrecerró los ojos. No por desacato, sino porque estaba pensando.

—¿Entonces qué quieres que haga? —preguntó, enarcando una ceja. Estaba desafiando a Sunoo.— ¿Dejar que el barco pase y ponernos en una posición vulnerable para un ataque? Y si eso no pasa —o Dios no lo quiera, si pasa— esas personas serán vendidas y forzadas a vivir una vida que yo te prevení a ti de vivir.

Sunoo tragó.

—Eso no es lo que quiero, lo sabes. —murmuró, arrepentimiento brilló en los ojos de Sunghoon. Sin embargo, ninguno hizo nada, porque estaban en la cubierta frente a toda la tripulación (quienes estaban mirando su intercambio) y porque simplemente no era el momento.— Tiene que haber otra opción.

A sea without water, a compass without direction ⪼ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora