11. Intimidad

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Sunoo odiaba a Sunghoon.

Al menos, trataba de convencerse de eso. Al hacerlo, Sunoo se dio cuenta de que odiar a Sunghoon era una cosa increíblemente difícil de manejar, considerando que él había empezado a tener algunos sentimientos serios por el capitán.

Sin embargo, la cosa era que Sunghoon estaba evitando completamente a Sunoo. Lo ignoraba cada vez que estaban en la misma habitación, que era exactamente la situación que Sunghoon intentaba evitar, todo el tiempo. Sunoo se estaba volviendo completamente loco. Las mismas preguntas se repetían una y otra vez dentro de su cabeza, preguntándose qué hizo para que Sunghoon lo odiara tanto ¿Sunghoon no había querido lo mismo? ¿No le había regresado el beso porque sentía lo mismo? ¿O solo lo estaba usando para sus propios impulsos sexuales?

Sunoo se sentía completamente miserable. El hecho de que él era un omega y Sunghoon un alfa tampoco ayudaba. Sunoo prácticamente lo anhelaba físicamente, su tacto y su olor. Era un completo desastre, y era Jake quien lo disfrutaba. Su celo solo había durado tres días, afortunadamente fue rápido, y el barco continuaría su curso en dos días.

—No sé que hice, Jake. —murmuró Sunoo en su taza de cerveza, con el rostro triste al igual que su estado de ánimo. Él y Jake estaban sentados en el pub que habían visitado hacía un par de días, en una mesa en un rincón apartado.— En un momento me besó como si fuéramos a morir mañana, y después me trata como si fuera un miembro fastidioso de la tripulación que solo está tratando de meterse bajo su piel.

Jake le dio una sonrisa compasiva.

—Lo sé, amigo. —dijo, palmeando el brazo de Sunoo.— Que jodido de su parte que te haga eso.

—Gracias. —dijo Sunoo, complacido de que Jake estuviera de acuerdo con él en lugar de tratar de hacerlo entrar en razón.— Es solo un... un...

—¿Puto? —Jake ofreció, como era su deber como amigo de Sunoo.

—¡Sí! —Sunoo dijo, recostándose en su silla.— ¿Ves? Lo entiendes.

—Créeme, no lo entiendo. —dijo Jake, sacudiendo la cabeza y burlándose.— Lo que sea que te esté pasando con Park no es de mi incumbencia y no entiendo ni la mitad de eso, pero soy tu amigo, así que voy a ayudarte sin importar lo que sea.

Y por eso Jake era el favorito de Sunoo. Era un verdadero y buen amigo. Algo con lo que alguien como Sunoo solo podía soñar, pero ahora tenía uno, y no iba a dejar que Jake se fuera pronto.

—Gracias. —dijo Sunoo.— En serio.

—Claro. —dijo Jake con una sonrisa.— ¿Qué tal si regresamos al barco, sí? Quiero dormir un poco.

—Sí, claro. —dijo Sunoo, levantándose. Sacó un par de monedas y las dejó sobre la mesa como pago. Sunghoon se las había dado hace un par de días o, más bien, las dejó en su escritorio con una nota mal escrita que estaba llena de errores de ortografía.

Sunoo y Jake caminaron de regreso al barco a paso lento y en un silencio cómodo. A Sunoo le gustaba eso de Jake: podía hablar durante horas y horas, pero sabía cuándo guardar silencio con Sunoo. En pocas palabras, Jake era solo un gran amigo y una persona increíble.

Cuando los dos volvieron a la Odisea Maldita, los ojos de Sunoo cayeron involuntariamente en la puerta de la cabina del capitán. Esto era algo que hacía todas las mañanas y todas las noches, como si fuera a poder ver a Sunghoon a través de la puerta.

Cuando estaba a punto de caminar a la tabla para abordar el barco, la puerta de la cabina se abrió y una mujer salió. Sunoo se congeló cuando vio que Sunghoon la seguía, su corazón se hundió cuando el capitán le dio un beso de despedida a la mujer. Cuando miró más de cerca, vio que la mujer no era en realidad la amante de Sunghoon, como Sunoo había pensado al principio, ella era una prostituta.

A sea without water, a compass without direction ⪼ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora