24. Revancha

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A pesar de que estaba a punto de volver al palacio en el que creció, Sunoo no estaba nervioso. Ni asustado.

No obstante, estaba enojado. De hecho, estaba furioso. Durante el tiempo en que les tomó navegar a Inglaterra, estuvo lleno con la idea de revancha y nada más que revancha. No era como si la tripulación fuera diferente: cada hombre en el barco estaba lleno de rabia y listo para atacar. Se habían llevado a su capitán, y no iban a dejar ileso a nadie que estuviera involucrado con el secuestro.

Bueno, a casi nadie.

—Estamos a menos de una hora de llegar a Inglaterra. —Sunoo le dijo a la tripulación frente a él. Todos estaban en la cubierta, sus miradas estaban puestas en Sunoo quien estaba en un lugar más alto en la cubierta, para que así todos pudieran verlo. Se sentía mal; este era el lugar de Sunghoon, del Capitán. Sunoo era un contramaestre, no un Capitán.— Estoy seguro de que todos están listos, llenos de ira y con anhelo de venganza.

Hubieron un par de aclamaciones.

—Eso es bueno. Yo también lo estoy. Pero necesito recordarles que vamos a atacar a mi familia, mi viejo hogar. —Sunoo continuó y, de repente, eso lo dijo más bajo.— Si se encuentran con mis hermanas, las princesas, o mi madre, la reina, siguen caminando. En cualquier caso, las encierran en una habitación por su propia protección. No van a lastimar a mi madre o a mis hermanas.

Miró a los hombres frente a él por un momento.

—Hay otro hombre, su nombre es Bedford, estoy seguro de que lo conocen. —dijo, ganándose un par de sonidos disgustados.— Él es mío. Quiero ser el que lo mate, y lo mismo va para el Rey. ¿Entendido?

Algunos hombres asintieron.

—Bien. —Sunoo dijo.— Ahora, ¿Quién está listo para recuperar a su Capitán?

Un par de vítores.

—Dije, ¿Quién está listo para recuperar a su Capitán? —Sunoo repitió y esta vez, se ganó los deseados vítores, fuertes y ruidosos, llenos de revancha que Sunoo necesitaba escuchar.

Sabía que algunos hombres podrían no sobrevivir. Podrían no vivir para ver el sol del día siguiente, o incluso la luna de esta noche. Pero sabía que los hombres estaban conscientes de ello. Eso era lo que lo hacía todo tan increíble, de cierto modo; a pesar de saber cuál podría ser su posible causa de muerte, aún así se unían a la batalla. Ya no había espacio para el miedo a la muerte, no había existido en mucho tiempo, tan solo había espacio para la indiscutible lealtad.

Distraído, Sunoo colocó una mano en su estómago, enviando una plegaria al cielo para que Sunghoon todavía estuviera con vida cuando ellos llegaran al palacio. Quería que sus hombres salvaran a Sunghoon, pero no quería enviarlos a sus tumbas, sabía que podría ser el caso si se llegaba a enterar que Sunghoon ya estaba muerto.

Sin embargo, Sunoo tenía que correr el riesgo. Los días elaborando un plan absurdamente detallado, no podían volverse inservibles solo porque Sunoo decidió de repente no seguirlo. Tampoco podía tener ninguna duda; él era el corazón del plan. Cada habitación, cada sombra y cada esquina del palacio estaba grabado en su mente. Sabía dónde estaban los mejores lugares para esconderse, de qué lugares los guardas observaban menos sus entornos, qué pasillos eran apenas transitados y qué puertas nunca estaban cerradas con llave.

Todo lo que sabía iba en el plan, y dependía de él asegurarse que nada saliera mal. Les había prometido a los hombres frente a él que podrían llevarse todas las riquezas que pudieran en el camino, sabía que su familia tenía más que suficiente. Tan solo rezaba para no encontrarse con sus hermanas, porque no podía soportar la idea de ver sus expresiones traicionadas cuando se dieran cuenta de que ahora era un pirata, y que era parte del barco más temido en los siete mares.

A sea without water, a compass without direction ⪼ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora