Narrador
Violeta y Daryll observan a William, en silencio. Cada uno de ellos, sumergidos en sus pensamientos, los abogados han llegado al pedido suyo para dar los últimos detalles del traslado de su fortuna.
Aquello le dará la tranquilidad de que no quede en manos de los Giles, en caso de que se le ocurra ingresar esa jodida demanda. Daryll lo duda, de querer hacerlo, lo hubieran hecho con su padre inconsciente.
—Este es el último —el abogado señala un último documento —. En adelante y hasta nuevo aviso, la señora Violeta estará a cargo de los negocios. —dice uno de los abogados. —Usted nos dirá hasta cuándo. —finaliza.
—Hasta que Landon Giles deje de ser un problema, o logremos controlarlo una vez más —anuncia viendo a esposa e hijo.
—¿Cómo quedó lo de ayer? —La voz de Daryll se escucha por primera vez en la habitación —¿Sospecharon algo?
La mañana de ayer, y en medio de la declaración policial, le vieron tener una crisis respiratoria. Un ardid que madre e hijos desconocían y del que se enteraron horas después del suceso.
Una vez las autoridades se fueron y cuando no existía riesgo de ser pillado, William Sanders se incorporó de la cama mágicamente. Gracias a esa actuación, estaba a punto de que fijaran una fianza. Un hombre en cama y sin poder moverse, no tenía riesgo de escape.
—Todo fue genuino —dice su padre —, por eso pedí no decirles nada, su nerviosismo fue real. —Le sonríe —estuviste a punto de asesinarme.
—Pensé que en verdad tenías una crisis —explota de mal humor —. ¿Qué querías que hiciera?
—Les llamaré unos minutos.
William mira a sus hombres y les hace señas de abandonar la sala. El grupo de tres abogados hace filas para salir, pero la voz de William los detiene. Solo el abogado principal se queda, los demás abandonan la habitación sin hacer comentarios.
—¿Hicieron los que le pedí?
Sin entender de qué se trata, Daryll y su madre se limitan a escuchar la respuesta. Lo intentaron el día de ayer, pero no lograron lo esperado.
—Sobre eso quería hablarte. —explica el abogado, pero la voz de su apoderado lo detiene. —lo mejor es...
—¡Después me das tus estúpidos consejos! —explota de mal humor —, por ahora quiero saber, ¿por qué no lo hicieron? —pregunta en un tono de vos inaudible —. Era tan fácil, cortar frenos, seguirle y, una vez perdiera el control, fingir un rescate...
—Uno de tus cargos es intento de secuestro sobre la humanidad de Jackie Giles Montgomery —le recuerda el abogado —. ¿Comprendes lo estúpido de tu pedido? ¿A quién crees que iban a señalar?
—Estoy convaleciente y casi moribundo —le sonríe —a mi hermana, lógicamente.
En respuesta, el abogado lanza la prensa hacia sus piernas. Violeta logra leer lo suficiente para entender el enojo del abogado. Daryll le cuesta creer lo que acaba de escuchar y busca a su madre.
—La seguridad de Gregory Frederick se hizo cargo —anuncia el abogado —. Creyeron que se trataba de un ataque hacia ellos. La nota periodística destaca que así fue. Lo que te conviene y te invita a que replantees las cosas.
—Necesito sacarlos del camino. —Habla con desdén y su abogado le mira impasible —solo existe una forma, con los Giles es así. Funcionó una vez y lo hará otra vez.
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Un príncipe Bastardo 3er Libro Rancho Mallory
RomanceJaken nunca imaginó lo que su curiosidad sobre su pasado pudiera traer a su vida, ciertamente Gisella, tampoco. Ninguno de los dos estaba preparado para lo que el destino les tenía deparado, ni los enemigos que surgieron con esas revelaciones. Él hu...