Pensé, erróneamente, que el primer control de embarazo y escuchar el corazón de nuestro bebé era todo lo que necesitaba para derribar los muros, pero no fue así. Jaken, estuvo feliz sonriendo y tomando mis manos al escuchar su corazón.
Estuvo atento a las indicaciones de la doctora, hizo preguntas y fue abierto en hablar de sus miedos. El sexo del bebé no pudo ser revelado, y la posición en la que estaba hizo difícil saberlo. Lo que si nos enteramos es que estaba sano, era todo lo que necesitaba e importaba.
Estaba feliz, había dado en el blanco. Nuestro hijo nos había unido de la misma manera en que nos unió su hermana. Nada más lejos de la realidad. Al salir de allí, todo volvió a la normalidad, es decir, se retrajo con su hija.
Fue Luisa y sus ocurrencias las que lograron romper el hielo, pero la tensión estaba allí. Con Jackie explorando la casa bajo la vigilancia de Luisa, los dos decidimos qué habitaciones usar. Una plática que por el momento se nubla con silencios incómodos.
—Hay que hacer un par de reparaciones y adaptaciones —le digo a Jaken que ha permanecido en silencio en nuestro recorrido por la mansión —. Si no te gusta o tienes algo mejor, estoy atenta a cualquier solicitud.
—Mi tranquilidad es la de ustedes, si desean vivir aquí, por mí está bien. —El tono empleado es amable, pero frío y sin emociones. —No mentía cuando les dije que no quería un castillo en el aire.
La relación entre los dos se ha enfriado, debo aceptar que tengo parte de culpa. Admito que Jaken hizo intentos sobrehumanos por llevarnos bien, pero mi lado rencoroso me impidió bajar la guardia.
"—Debes ceder, recuerda que fuiste tú y la que los tienen en esta situación. Sé que esperas un brazo y decirte que estás en lo correcto, ¡no lo haré! Soy tu madre y mi deber es decirte cuando estás equivocada."
Me había reñido mi madre cuando le confesé de la crisis matrimonial en que vivía. Por primera vez agradecí su sinceridad y no fue vista como en las otras ocasiones. Supongo que ser madre me pone del otro lado de las cosas y me hace entender su comportamiento.
—¿Cuál habitación usaremos para los niños? —detiene los pasos en mitad del pasillo y observa cada puerta.
—Jackie puede usar la que era tuya —empieza a decir —, tiene buena vista y está cerca de la principal.
—Tienes razón.
¡Di algo más idiota! No te quedes callada.
—¿Y la del bebé?
¡Vamos, Gisella! Puedes hacer algo más que esto. Es Jaken, el hombre de tu vida, tu único amor.
—Es demasiado pronto para decorar la del bebé —responde neutral y me mira un instante. ¡Ni siquiera sonríe! —Podemos escogerla y decorarla de forma neutral.
Pasa una mano por su cabeza como si algo lo atormentara y me quedo en silencio admirando su vista de perfil. La mañana de hoy ha estado en silencio, tensa y de pocas palabras. Un comportamiento que obtuvo luego de ir por Luisa, aunque ella me confesó que, salvo por la salida de Landon sin la compañía de Patrick, no hubo novedad.
—¿Te molesta no saber el sexo? —niega dirigiéndose hacia la habitación de papá. —Entonces, es tener que vivir aquí —insisto.
—Son solo cuatro paredes —señala a nuestro alrededor —. El sitio no importa tanto como la compañía. La del bebé dependerá de la nuestra. Puedes escoger la habitación de nosotros, si es que hay un nosotros aún.
—Jaken —le ruego y me pide guardar silencio.
—No dejo de pensar que querías irte de mi lado —continúa —, y te di la libertad que tanto deseabas. —Abre la puerta de la habitación principal y se detiene en la entrada —malinterpreté tu huida o mi decisión de hacerme a un lado te enojó, cuando lo que buscaba era tu tranquilidad.
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Un príncipe Bastardo 3er Libro Rancho Mallory
RomanceJaken nunca imaginó lo que su curiosidad sobre su pasado pudiera traer a su vida, ciertamente Gisella, tampoco. Ninguno de los dos estaba preparado para lo que el destino les tenía deparado, ni los enemigos que surgieron con esas revelaciones. Él hu...