Capítulo 31

7 2 0
                                    

Unas manos finas con manicura impecable y uñas teñidas de rosa se cruzan en mi campo de visión. Sostiene una copa con un líquido ambarino, la mano que sostiene la copa se mueve ligeramente, batiendo el líquido dentro del cristal.

Mamá y Terry, llegaron media hora después que Jaken se llevara a nuestra hija. Ambos preocupados al no obtener respuestas de mi parte. No quería ver a nadie, apagué el móvil y me fui al balcón, deseando que la tierra se abriera y me tragara.

Le había pegado a mi bebé y el rostro, al verme hacerlo, me perseguirá por mucho tiempo.

—Espero que Landon no se enoje por tomar una de sus bebidas —dice mi madre sentándose a mi lado.

—Lo hará cuando se entere de que lo usaste para calmar a Gisella, luego de golpear a su nieta —reclama Terry y se gana una mirada llena de reproche de mi madre. —es la verdad —se defiende. —¿En qué estabas pensando? —me riñe.

Está en pie ante las dos, camina de un lado a otro como animal enjaulado. Jackie es su adoración, desde que supo de mi embarazo es así. Le derritió la idea de ser tío, un sentimiento que aumentó al llegar al mundo Jackie.

—No es un buen momento para reproches —Me defiende mi madre.

—Es un excelente momento —insiste plantándose ante las —lo que hiciste no tiene justificación ¿Qué te hizo Jake para querer alejarlo de su hija?

—No es por Jaken —comenta mi madre —habías recibido tan calmada la muerte de tu padre —sigue —lo vi como un acto de valentía, cuando lo que sucedía era más delicado. Estabas en negación, eras una bomba de tiempo y no lo vi venir. Te fallé una vez más. —se lamenta.

Golpee a mi bebé, es en todo lo que pienso desde que sucedió. Eso y el rostro decepcionado de Jaken al verme hacerlo. Le reclamé su comportamiento frío y libre de emociones, sin entender lo que pasaba por su cabeza.

Terry toma el móvil y marca por teléfono, en varias ocasiones.

—Dejó el móvil —le digo señalando el saco —y la billetera.

Su humanidad se pierde hacia la cocina en donde tarda unos minutos en regresar. En ese tiempo mamá me consuela o lo intenta, nada ni nadie lo hará en este momento.

—¿Has llamado a su hermano? —me dice Terry regresando.

—Será mejor si ambos se calman antes de hablar —aconseja mi mamá —y tú deja de incendiar los ánimos. —acusa y en respuesta bufa yendo hacia el balcón.

—¿Por qué no te vas con nosotros? —sugiere —y le das espacio a ese miserable de perdonarte. Yo no lo haría, ni en mil vidas le perdonaría a mi esposa, querer abandonarme sin un motivo, llevarse a mi hija en el proceso y golpearla.

Mi sollozo aumenta descontrolado y mamá maldice abrazándome contra ella. Mi dolor se debe a la verdad que encierra esas palabras, no tengo una excusa para hacer lo que hice.

—Terry —le advierte mi madre al ver que avanza hacia mí y se arrodilla a mis pies.

—Seré tu terapeuta el día de hoy o tu consciencia —dice ignorando las quejas de mi madre —Le terminaste sin un motivo y en el peor momento de su vida.

—Estaba.

—La razón no importa —me interrumpe —tú fuiste amenazada, pero él recibió una bala, horas antes una noticia que destruiría a cualquiera. Lo dejaste solo aun sabiéndolo —me recuerda —estuvo en cuidados intensivos, en esa misma época te enteras de que estabas en embarazo y contra todos mis consejos lo ocultas.

—Lina me dijo que era lo mejor —sollozo viendo a mi madre verme preocupada —y era verdad, él tenía demasiados problemas.

—La llegada de un bebé, no es un problema —dice mi madre haciendo un mohín —lo siento, cielo, pero este troglodita tiene razón —señala a su hijastro, fastidiada —ese embarazo le daría fortalezas.

Un príncipe Bastardo 3er Libro Rancho Mallory Donde viven las historias. Descúbrelo ahora