Daniel

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Daniel

Daniel se encontraba sentado en una esquina de la fiesta, mirando distraído su bebida. La música retumbaba a su alrededor, y el bullicio de la gente parecía demasiado lejano, como si estuviera en otro lugar. Había llegado allí porque sus amigos insistieron en que lo ayudaría a distraerse, a dejar de pensar en todo lo que había pasado. Pero lo único que podía hacer era recordar el dolor en los ojos de Sofía cuando ella se marchó.

Todo comenzó aquel día en el instituto, cuando, sin saber cómo, se dejó llevar y besó a Camila. En ese momento, no estaba pensando con claridad. Había estado pasando tan poco tiempo con Sofía, que extrañaba la cercanía y el cariño, aunque le costara admitirlo. Y cuando vio a Sofía al fondo del pasillo, mirándolo con la tristeza reflejada en su rostro, entendió que había cometido un error. El beso con Camila había sido impulsivo, un acto que surgió de su confusión, y al ver las lágrimas en los ojos de Sofía, sintió que el suelo se derrumbaba bajo sus pies.

Se apresuró a seguirla, desesperado por explicarle, por hacerla entender que no significaba nada. Pero cuando finalmente la alcanzó, las palabras se le quedaron atascadas en la garganta al ver cuánto dolor estaba reflejado en ella. Escuchó cada una de sus palabras, y sintió el peso de su decisión cuando Sofía le dijo que su relación había terminado. Verla alejarse le dejó una herida profunda, y la culpa lo embargó de inmediato.

Sus amigos, tratando de animarlo, lo invitaron a esa fiesta, diciéndole que era lo que necesitaba para olvidar las penas. Y aunque fue, realmente no quería estar allí. Sin embargo, todo cambió cuando, entre la multitud, vio a Sofía. Su corazón se aceleró al verla, más hermosa de lo que recordaba, con un vestido negro que resaltaba su elegancia y una sonrisa que iluminaba el lugar. Pero su sonrisa no era para él. Estaba rodeada de amigos y de varios chicos que parecían no poder apartarle la vista de encima.

Daniel sintió una punzada de celos que no pudo controlar. La idea de que alguien más la mirara de esa forma, de que alguien más pudiera acercarse a ella, lo llenaba de angustia. En un intento por ignorar lo que sentía, se levantó y salió de la fiesta. La idea de quedarse allí, viendo cómo ella seguía adelante sin él, era demasiado dolorosa.

Entre dos corazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora