Please... No || Yeongyu [Omegaverse]

•>Capítulo 59

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—Yeon... —susurro con pesadez, pero al buscar su calor con mi mano, no lo encuentro—. Yeon.

Lo llamo, pero al no escucharlo, me obligó a abrir los ojos.

La luz que se filtra por la venta de la habitación me molesta y vuelvo a cerrar los ojos de golpe.

La habitación no huele tan fuerte a Yeonjun... Ese idiota volvió a usar supresores.

Abro los ojos de nuevo, y me incorporo en la cama. Yeonjun no está a mi lado.

En la clínica, lo primero que veía al despertarme y lo último que veía al dormir, fué a ese rubio.

Aunque no lo percibía por el lazo, mi omega se sentía protegido y seguro al verlo.

Sé que debe estar en la casa, pero no tenerlo cerca, ni sentirlo... Me pone triste.

—Ay omega, acabarás conmigo —susurro para mí mismo, y me levanto con pesadez de la cómoda cama del alfa.

Aún conserva su olor... Tenue, pero ahí está.

Al mirarme en el espejo del baño, observo lo destruido que estoy. Despeinado, y con mis ojos rojos e inflamados de tanto llorar anoche.

Yeonjun debe de estar igual... Él lloro anoche conmigo.

Me preguntó si había llorado solo... Sin nadie que lo consolara.

Porque todas las lágrimas que yo he derramado, él se ha encargado de limpiarlas. Pensar que nadie estuvo para el rubio...

Me hace sentir el peor novio de todos.

Me lavo los dientes apurado, y me doy un baño igual de rápido.

Mi alfa debe de estar en la cocina, aún sin mucho apetito, los dos nos obligamos a comer.

Tomo mi iPhone y lo enciendo para empezar a bajar a la cocina.

—¡Yeonjun! —lo llamo, pero no veo a nadie—. ¡YEONJUN!

Grito, pero no escucho a nadie en la casa.

Mi suegro tampoco está por las mañanas, él sale a trabajar temprano.

Me siento en el comedor y reviso mi iPhone, dándome cuenta que tengo mensajes del rubio.

“Beomgyu, salí con mi padre a hacer unas cosas, te dejé el desayuno en el microondas, por favor come y no te preocupes”.

—Idiota —digo un poco molesto, pero me levanto a buscar la comida—. Me hubieras levantado para despedirte.

Me pongo triste por no estar con Yeonjun y... Ya debo de tranquilizarme.

No podemos vivir toda la vida uno encima del otro, no es sano.

Sé que estoy triste por la pérdida del cachorro, que Yeonjun también lo está... Pero supongo que la vida sigue.

O algo así me dijo mi mamá.

—Tengo que ser fuerte —susurro dándome ánimos, y fuerzo una sonrisa—. Yeonjun fue muy fuerte por los dos... Pero anoche no pudo soportarlo más.

Analizó con detalle, y siento que puedo empezar a llorar de nuevo.

Él se sentía tan mal, frágil y asustado. Al no usar supresores, me dí cuenta de eso.

Y si no fuera suficiente, me pidió perdón por lo que había hecho... Lo que me hizo tanto tiempo atrás.

Miro al techo de la casa como si fuera lo más interesante, pero realmente... Intento con todas mis fuerzas no llorar.