Capitulo 2

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Londres, hermosa ciudad, fría y húmeda. Fui directo al área de equipaje y tome mis maletas. Will y Liam estaban a mi lado, también tomando las suyas.

-Chicos, ¿está muy lejos Brixton? – Pregunté.

-Un poco, quizá unos 45 minutos. ¿Te quedaras ahí? – Pregunto Liam.

-Sí, fue el departamento que mi madre me consiguió. – Contesté.

-¡No, no, no y no! – dijo Will gritando – Esa parte de la ciudad es peligrosa, te quedara lejos London Academy.

-Es el único lugar a donde puedo ir Will, de lo contrario me quedare durmiendo en la calle, lo cual no quiero a menos que desee morirme congelada.

-William tiene razón Alex - dijo Liam – Esa parte de Londres no es tan segura. Y menos viviendo sola.

-Chicos, está decidido. Es lo único que tengo, al menos ahora sé que es peligroso, puedo hablar con mi madre para decirle y poder conseguir otro departamento, pero por el momento, debo ir ahí e instalarme.

-¡Quédate con nosotros! – Dijo Will entusiasmado – Vamos, te encantará vivir con chicos y me tendrás cerca.

-No podría resistirme a ti Will – conteste entornando los ojos y Liam soltó una carcajada – Lo siento chicos, pero no puedo quedarme con ustedes, realmente agradezco la tentadora oferta.

-Bueno, veo que no podremos convencerte, quizá es porque aún no nos tienes la suficiente confianza – dijo Liam. Quizá tenga razón, probablemente no aceptaba su oferta por que no los conocía bien, solo había estado con ellos 8 horas, las cuales no eran suficientes para confiar totalmente en alguien, aunque debo aceptar que son muy agradables.

Will, Liam y yo caminamos a la sala de espera, ¿Podría confiar en ellos? Parecían chicos honestos, pero lo cierto era que no los conocía muy bien aún. O quizá es que planeo estar sola, que es como la mayor parte del tiempo estoy, por lo general solo convivía con mi madre, Vanessa y Ryder, pero no conocía a estos chicos. Solo sabía que vivían junto con dos chicos más, en una casa grande, propiedad del padre de William, en el barrio de Wimbledon, que tenían 21 años los dos, les gustaba la música y estudiaban y trabajaban al mismo tiempo. Estudiaban en el Wimbledon Collage. William trabajaba en un restaurante de comida italiana como mesero, mientras Liam era el encargado de la biblioteca escolar por las tardes. Eran realmente guapos, solteros y vestían genial, era todo lo que sabía de ellos.

-Entonces, ¿Cómo se irán? – Pregunte.

-Supongo que tomaremos un taxi – dijo Will.

- Will ¿podemos llevar a Alex? para así estar seguros de que llegue bien. Es tarde. – Dijo Liam.

-No hay problema, te acompañaremos Alex.

-No es necesario chicos, en serio. Además, creo que están exagerando demasiado.

-¿Exagerando? disculpa nena, pero ¿quiénes son los que han vivido en Londres?

-Ustedes pero...

-Pero nada, te subes al taxi con nosotros y te acompañamos hasta Brixton.- Dijo William comenzando su camino hacia un taxi.

-¿Pero qué le pasa a Will? No tiene derecho a...

-Tranquila Alex, lo hace por tu bien. Mejor dicho, lo hacemos por tu bien.

No discutí más, me subí al taxi que Will había parado afuera y me quede callada. Durante el transcurso, escuchaba como Liam y Will platicaban de su reciente visita a Nueva York. Pareció haberles gustado el lugar. Yo, por otro lado, no ponía atención en su plática, sino que admiraba la belleza arquitectónica londinense. El clima es muy frio y húmedo, el viento sopla con fuerza y una vez más agradezco llevar puesto la gabardina que me ofreció el coqueto de Will. Saque la cámara de mi bolso de mano y comencé a tomar fotografías, a los edificios, carros, personas, al cielo etc. Era de noche así que las luces iluminaban la ciudad. Cuando volví a fijar mi vista al interior del auto, comencé a fotografiar a Liam y William que estaban distraídos, tenían muy buenos perfiles.

-Alexandra, hemos llegado. – Dijo William.

-¡Genial! Muchas gracias. – Contesté.

-¿Estás segura de que quieres quedarte aquí? – Me pregunto Liam.

-Pues, me han metido varias dudas, pero es el único lugar que tengo para quedarme. Ya se los dije. Hablare con mi madre para ver si puedo mudarme, pero por lo pronto tengo que establecerme aquí.

-Sabes que eres bienvenida en nuestra humilde casa. No hay problema que te quedes con nosotros.

-Chicos, en verdad agradezco la oferta, pero no podría hacer eso. – William hizo una mueca de desaprobación – Hagamos algo, pásenme sus números de teléfono y prometo llamarlos para cualquier cosa que necesite, ¿de acuerdo?

-De acuerdo – respondió Liam – pásame el tuyo también.



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