Capitulo 4

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Decidí dar un pequeño paseo por los alrededores de la escuela. Era un campus muy grande, contaba con gran variedad de áreas verdes, demasiados salones de clases. Canchas para los deportistas, salones de música para los artistas, salones de dibujo para los pintores, salones de fotografía. Me acerqué al salón de fotografía, me asome por la ventana y pude observar lo amplio que era, tenía largas mesas para trabajar en equipo, aproximadamente de seis personas. Había varias fotografías colgadas alrededor, eran demasiado buenas e interesantes. Note que alguien se movía dentro, no pude verlo muy bien, solo identifique su cabellera negra lacia y alborotada hacia arriba, definitivamente era un chico, era alto y vestía una chaqueta negra de piel, no le di mucha importancia y proseguí con mi recorrido por el instituto, me puse a pensar en cómo serían mis compañeros, si serian amables y de donde vendrían, ya que en esta escuela solo son admitidos extranjeros. Mi estómago comenzó a rugir, tenía hambre, no había comido nada desde ayer. Así que salí del instituto y camine cerca de dos manzanas hasta llegar a una panadería. El olor era delicioso, embriagador, hizo que se me abriera aún más el apetito. Entré a la panadería, tome una charola y escogí una pieza de pan y un té helado. Me dirigí a la caja a pagar cuando me encontré con unos ojos verdes oscuros que me miraban fijamente, después apareció una pequeña sonrisa en sus labios.

-Así que, ¿eres nueva?

-¿Se nota mucho?

-No, simplemente que no te había visto por aquí. ¿Sería todo?

-Mmm, eso creo. ¿Cuánto seria?

-Una sonrisa.

-¿Qué?

-Cómo eres chica nueva, será cortesía de mi parte invitarte el pan y el té. Solo pido una sonrisa a cambio.

-¿Eso haces con todas las chicas nuevas?

-No, solo con las que son lindas.

Al escuchar esas palabras no pude evitar sonrojarme y que en mis labios se formara una sonrisa. Esperaba que no hubiera notado que mis mejillas cambiaban de color ante su comentario, pero por la sonrisa que había en su rostro, creo que si lo notó.

-Perfecto, ahora sí. Haz pagado.

-No, claro que no, debo pagar. – contesté mirando a la señora que estaba en una esquina mirándonos. Vestía el mismo uniforme, un gorrito de chef y un delantal así que supuse que también trabajaba ahí.

-No te preocupes. De verdad, este va por mi cuenta. Los siguientes los pagarás, ya verás.

-Acéptalo. – Dijo la señora que estaba del otro lado – Se rebajará de su sueldo.

-Lo ves, no hay problema. – Dijo el chico.

-Solo aceptaré, si después tú aceptas algo de mi parte. Algún helado o malteada. ¿Trato?

-No suelo aceptar que las chicas me compren algo, pero por esta ocasión aceptaré.

Diciendo esto, mostró su sonrisa más linda (o al menos eso creía yo), mostrando unos lindos hoyuelos en sus mejillas. Si, definitivamente era atractivo. Sus ojos verde oscuros eran hermosos, como si con solo mirarlos hacia tu día perfecto. Era alto, quizá tan alto como Liam. Su cabello era castaño y al parecer con rulos, pero no lo pude apreciar bien ya que llevaba puesto su gorrito de chef. Sus dientes eran blancos y perfectamente acomodados. También llevaba su delantal puesto. A pesar de que su vestuario no era el más atractivo, se veía demasiado bien.

-Y bien, ¿te volveré a ver?

-Lo más seguro es que si, estudiaré a dos manzanas. Quizá pase por aquí algún otro día. – Contesté. Sabía que volvería a pasar por aquí, definitivamente quería volver a verlo. Además de que le debía una malteada.

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