Capítulo 147

2 0 0
                                    

"Hola, Molls," dice Oliver mientras Michael abre la puerta para él.

"Princesa Molly," lo corrige gruñendo, y no puedo evitar reírme de la cara que Oliver pone al oír eso.

Oli niega con la cabeza. "No, no voy a hacer eso."

"Michael, él es mi mejor amigo, Oliver. Este es mi pack," le digo sonriendo, esperando derretir su frialdad. Ha estado todo el rato con cara de piedra, sin sonreír ni una sola vez. Lo único que ha dicho es corregir a la gente por no usar nuestros títulos.

"No," responde él, mirando a los dos y deteniéndose en Oli. "Debes mostrarle a la princesa el respeto que se merece."

Oli levanta una ceja hacia mí y yo simplemente me encogo de hombros. "¿Qué me trajiste?" le pregunto, acercándome y tomando la bandeja de sus manos. Solo por un momento, porque Michael rápidamente la toma de vuelta. Noto que hay dos platos y sonrío al ver lo atento que puede ser Oliver.

"Beef wellington, papas, brócoli," dice mirándome. "No te traje postre porque hiciste un pastel entero antes, pero si quieres algo, lo subo."

"¡Está perfecto, gracias!" le digo sonriendo. "¿Puedo ir a ayudar con el desayuno mañana por la mañana? Estoy aburrida."

"No podrás," dice Michael, tomando un bocado de mi comida.

Sacudo la cabeza. "Seth dijo que no puedo comer en el comedor, pero no dijo que no pudiera estar en la cocina. Estaré bien."

Parece que sus ojos van a salirse de su cara, pero no dice nada.

"Me encantaría," me dice Oliver, con una gran sonrisa en su rostro. "¿A las 5? ¿O es muy temprano con los cachorros?"

"Estaré bien," respondo, abrazándolo. Veo cómo todo el cuerpo de Michael se tensa al vernos abrazarnos, pero lo ignoro. "Nos vemos entonces."

Él se va, cerrando la puerta tras de sí. Antes de que pueda darme vuelta, lo oigo en mi cabeza ¡Es lindo!

Sonrío y me doy vuelta hacia el hombre gruñón, sentándome en la mesa. Él retrocede, adoptando su postura intimidante con los brazos detrás de la espalda nuevamente y me observa fijamente. "¿Qué estás haciendo?" le pregunto, molesta por cómo van las cosas.

"Te estoy vigilando, Majestad," dice sencillamente.

Sacudo la cabeza. "No," le digo frunciendo el ceño. "Esto no está bien. Él también te trajo la cena. Y estamos encerrados en mi casa, donde estamos a salvo. No hace falta tanta formalidad. Siéntate y come."

"No puedo hacer eso, señora," responde, sin cambiar la expresión de su rostro.

Lo miro un momento, tratando de entender qué está pasando. "¿Seth te ordenó no comer?"

"Príncipe Seth," me corrige, casualmente, antes de continuar. "No lo hizo. Pero es mi trabajo vigilarte, no comer."

Parpadeo, sin saber por dónde empezar. "Él es mi compañero, no mi Príncipe. No lo llamaré así a menos que estemos en público," le digo, molesta porque me haya corregido. "Puedo darte una orden real para que te sientes y comas, o puedes simplemente hacerlo. Esto no está bien. También tienes que comer, y no estoy en ningún peligro aquí."

Él no dice nada, pero finalmente se mueve lentamente para sentarse frente a mí, en el plato que le trajeron. Comienza a comer, sin dejar de mirarme, pero al menos está comiendo.

"Entonces, Michael, ¿eres el nuevo jefe de mi guardia o solo me estás cuidando por ahora?" le pregunto, esperando que me hable.

"No es solo cuidar, Alteza," dice, luciendo ofendido. "Es un honor vigilarte. Seré uno de tus guardias, pero aún no se ha seleccionado al jefe. El Príncipe Seth lo hará pronto."

El lobo roto - The broken wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora