La costa era todo lo que habían imaginado y más. La brisa marina, el sonido de las olas rompiendo suavemente contra la orilla, y la luz dorada del atardecer creaban un ambiente perfecto para la aventura que habían planeado. Marco y Adrián se sintieron como si estuvieran en un sueño, lejos de las preocupaciones diarias y listos para disfrutar del tiempo juntos.
En su primer día en la playa , decidió explorar el lugar. Caminaron de la mano, riendo y compartiendo historias sobre sus vidas, sus miedos y sus sueños. Cada paso que daban sobre la arena era una reafirmación de lo que sentían el uno por el otro. Marco miró a Adrián, cuya sonrisa iluminaba su rostro, y supo en su corazón que, sin importar lo que pasara, estaban construyendo algo significativo.
—Me encanta este lugar. Siento que aquí, en este instante, todo es posible —dijo Marco, sintiendo que la ansiedad que había llevado por tanto tiempo comenzaba a desvanecerse.
Adrián lo miró con complicidad y respondió:
—Tienes razón. Es un nuevo comienzo para nosotros. No solo como pareja, sino también como individuos que están aprendiendo a ser quienes realmente son.
A medida que pasaban los días , exploraron la zona, disfrutaron de la comida local y se aventuraron a nadar en el mar. Cada momento era una celebración de su amor y de su conexión. Hablaron de sus planes a futuro, de sus sueños y de cómo deseaban apoyarse mutuamente en cada paso del camino.
Una noche, mientras observaban las estrellas desde la playa, Marco sintió que era el momento adecuado para hablar de lo que había estado en su mente desde que habían llegado.
—Adrián, quería agradecerte por estar a mi lado y por ser tan comprensivo. Este tiempo juntos me ha hecho darme cuenta de lo importante que eres para mí. Quiero que sepas que estoy dispuesto a luchar por lo que tenemos —dijo Marco, con la voz firme pero emocionada.
Adrián se giró hacia él, su mirada llena de afecto.
—Yo también. Sabe que siempre estará aquí para ti. Este verano me ha enseñado mucho sobre nosotros y sobre mí mismo. Estoy emocionado por lo que viene —respondió Adrián, acercándose un poco más.
En ese momento , Marco supo que estaban listos para dar un paso más en su relación. Con el corazón latiendo con fuerza, tomó la mano de Adrián y la acarició suavemente.
—Adrián, no quiero que esto sea solo un verano perfecto, sino el inicio de algo que podemos construir juntos. Quiero que sepas que quiero estar contigo, hoy y siempre —dijo Marco, con una sinceridad que brotaba de lo más profundo de su ser.
Los ojos de Adrián se iluminaron al escuchar esas palabras. En un gesto instintivo, se acercó y lo abrazó, como si quisiera sellar la promesa que acababan de hacer.
-¡Si! Quiero lo mismo, Marco. Quiero que este sea solo el comienzo de nuestra historia juntos —respondió Adrián, sintiéndose más conectado que nunca.
Con el paso de los días , la felicidad se convirtió en un telón de fondo constante en sus vidas. La confianza que habían construido les permitió abrirse el uno al otro de una manera más profunda, discutiendo no solo sus miedos y preocupaciones, sino también sus esperanzas y aspiraciones. Sabían que el amor no siempre sería fácil, pero estaban dispuestos a afrontar los desafíos juntos.
Finalmente , en su último día en la costa, mientras el sol se ponía en el horizonte, Marco y Adrián se encontraron de pie frente al mar. La escena era mágica, y ambos sabían que ese momento quedaría grabado en sus corazones para siempre.
—Prometamos que, sin importar lo que pase, siempre nos apoyaremos y seremos honestos el uno con el otro —sugirió Marco, con una mirada decidida.
Adrián ascendió, sintiendo que cada palabra de Marco resonaba en su interior.
—Prometido. Siempre seremos un equipo, pase lo que pase —respondió, sonriendo con sinceridad.
Con esas palabras , se acercaron, compartieron un beso bajo el cálido resplandor del atardecer, sellando su amor y la promesa de un futuro juntos. En ese instante, supieron que, pase lo que pase, siempre tendrían el uno al otro.
Y así, con el sonido de las olas de fondo y el horizonte lleno de posibilidades, Marco y Adrián estaban listos para enfrentar el futuro, juntos.
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Entre susurros y miradas
Novela JuvenilA sus 20 años, Marco creía tener su vida perfectamente definida: sus estudios de arte, su grupo de amigos de toda la vida y su camino claro hacia el futuro. Pero todo cambia cuando conoce a Adrián, un compañero de clase carismático y seguro de sí mi...