Capítulo 31: Un futuro compartido

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El reencuentro fue el inicio de una nueva etapa para Marco y Adrián. Después de semanas de distancia, ambos sintieron que tenían mucho que ponerse al día. La fiesta de bienvenida fue solo el comienzo; las noches se alargaban mientras charlaban sobre sus experiencias, sus aspiraciones y cómo había cambiado su amor durante el verano.

Un viernes por la tarde , mientras caminaban por el parque, Adrián decidió que era el momento de abordar un tema que había estado rondando en su mente desde su regreso.

—Marco, he estado pensando en nosotros, en cómo hemos cambiado —comenzó, deteniéndose para mirar a Marco a los ojos—. Siento que nuestra relación ha crecido, pero también quiero ser honesto sobre algo que me preocupa.

Marco sintió que su corazón latía más rápido. Aunque su amor por Adrián era fuerte, había una tensión en el aire que no podía ignorar.

—¿De qué se trata? —preguntó, intentando mantener la calma mientras su mente comenzaba a divagar.

—Siento que hemos evitado hablar sobre lo que queremos a largo plazo. Me gustaría saber cómo te sientes al respecto. ¿Te ves conociendome en el futuro? —dijo Adrián, con un tono de vulnerabilidad que tocó el corazón de Marco.

—No sé, es un tema complicado —respondió Marco, sintiendo la necesidad de ser honesto. Era cierto que había tenido miedo de pensar en el futuro. Las expectativas, las dudas sobre lo que realmente quería y su propio proceso de aceptación lo hacían dudar—. He estado disfrutando tanto del presente que no quiero arruinarlo pensando demasiado en el futuro.

Adrián ascendió, comprendiendo la perspectiva de Marco. Sabía que su relación había evolucionado, pero también entendía que la inseguridad podía ser abrumadora.

—Lo entiendo, pero creo que es importante que hablemos de esto. Yo definitivamente me veo contigo en el futuro, y quiero saber si tú sientes lo mismo —dijo Adrián, con una sinceridad que llenó el aire de una sensación de urgencia.

Marco sintió que su pecho se llenaba de emociones contradictorias. La idea de un futuro juntos lo emocionaba, pero también le daba miedo. En su mente, las preguntas se agolpaban. ¿Era capaz de ser la persona que Adrián necesitaba? ¿Y si fallaba?

—Adrián, yo también me imagino contigo. Pero tengo miedo. Miedo de lo que eso significa, miedo de no estar a la altura —confesó Marco, sintiéndose vulnerable.

Adrián se acercó y tomó la mano de Marco, mirándolo con ternura.

—No tienes que tener todas las respuestas ahora mismo. Lo importante es que sigamos hablando y apoyándonos el uno al otro. No hay una sola forma de que esto funcione; Podemos construir nuestro camino juntos —respondió Adrián, su voz suave y reconfortante.

Con esas palabras, Marco sintió que una carga se levantaba de sus hombros. Aunque el futuro era incierto, había algo liberador en saber que no tenía que tenerlo todo resuelto. Su amor por Adrián era real, y eso era lo que realmente importaba.

A medida que pasaban los días , comenzaron a hacer planes para el verano. En lugar de ver la distancia como un obstáculo, decidió que sería un tiempo para crecer, no solo individualmente, sino también como pareja. Planeaban viajar juntos, explorar nuevos lugares y aprender más sobre el mundo y sobre sí mismos.

Una noche, mientras cocinaban juntos en la cocina de Marco, él le sugirió:

— ¿Qué te parecería hacer un viaje a la costa? Siempre hemos hablado de ello, y sería una buena manera de pasar tiempo juntos —dijo, sintiendo que la idea era perfecta para solidificar su relación.

Adrián sonriendo, sus ojos brillando de emoción.

—¡Eso suena increíble! Siempre quise conocer la costa. Y creo que sería el momento perfecto para que ambos nos reconectemos y disfrutemos de nuestra compañía —respondió, mientras comenzaba a picar verduras para la cena.

Los siguientes días estuvieron llenos de risas y momentos de complicidad. Se sentían más cerca que nunca, y cada conversación, cada mirada cómplice, los unía más. Sabían que tenían que enfrentar desafíos, pero estaban dispuestos a hacerlo juntos.

El verano prometía ser un tiempo de aventuras, aprendizaje y crecimiento, y ambos estaban ansiosos por comenzar este nuevo capítulo de sus vidas.

Entre susurros y miradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora