16 | No puedo sacarla de mi cabeza

234 27 25
                                    

16 | NO PUEDO SACARLA DE MI CABEZA

(ese gif es porque me imagino a fish tal cual él en este capítulo? efectivamente)

*just can't let her go - one direction

21 años - ANTES DE LA FINAL

Ax

Terminé de limpiar el salón y, dos segundos después, la mesa ya estaba repleta de vasos, refrescos, patatas fritas para picar y una montaña de cajas de pizzas.

—¿No crees que nos hemos pasado un poco?

Alcé la mirada y di con mi chica, que terminaba de frotar con sumo ímpetu la encimera de la cocina y, al mismo tiempo, sacaba de la nevera su famosa tarta de chocolate que nos volvía locos a todos.

—Nunca es suficiente. Quiero decir, coméis como jaguares hambrientos desde los quince, Ax —con un suspiro, se volvió hacia mí. Una de sus manos estaba enfundada en un guante de látex, y la otra sujetaba la tarta. Tenía una mancha de nata en la mejilla y otra en la punta de la nariz. Sopló un mechón que cayó sobre su cara, escapándose de su recogido —. ¿A ti te parece demasiado?

Con media sonrisa, negué con la cabeza y me acerqué a ella. Al tomar su cara entre mis manos, Pen abrió ligeramente los ojos y se puso de puntillas automáticamente, como si esperara un beso. Sin embargo, le quité la nata de la nariz, y ella se sonrojó un poco.

—¿Crees que les gustará? —preguntó en voz baja, un poco dudosa.

Miré a mi alrededor. Al terminar su turno en el trabajo y llevar a los chicos a sus respectivas extraescolares, hizo a toda prisa una tarta y se pasó por el supermercado para comprarlo todo. No me dejó ayudar en nada, ni siquiera me dejó llevarla en coche, pero al menos me había permitido ayudarle a preparar todo esto.

Estábamos en mi casa, pero Pen era capaz de dejarme fuera de ella con tal de que no metiera la nariz en su fiesta sorpresa. Le encantaba organizar ese tipo de cosas.

Tan solo quedaban dos semanas para la final, lo que significaba que los nervios estaban a flor de piel. Y, no solo eso, sino que ahora contábamos con una guitarrista nueva.

Maeve era una chica que había viajado de Brighton para unirse a la banda. Tan solo la conocíamos de unas horas, pero era una tía muy maja. Algo cortante, pero bastante buena con la guitarra y, sobre todo, un apoyo que iba a ser fundamental pese a que Heath no estuviese demasiado de acuerdo con ello.

Cuando el timbre de casa sonó, Penny dio un bote y fue corriendo hacia la entrada.

No entendía de dónde sacaba tanta energía al día. Siempre estaba en todos los sitios y haciendo mil tareas hasta la hora de acostarse. A diario sufría por ella. Ya no tenía tanto tiempo para hacer fotografías en su tiempo libre. Ahora se dividía el día entre atender a sus hermanos, dirigirnos como banda y llevarnos las redes sociales.

La adoraba y era una de las personas más fuertes que había conocido en toda mi vida, pero no podía seguir así. No podía seguir llevando ese ritmo de vida. Necesitaba un mínimo de tiempo al día para dedicárselo a ella misma.

—¡Bienvenidos! —exclamó emocionada, abrazando rápidamente a Maeve, que la miraba con cara de sorpresa, y después a Heath y Fish.

A este último se le iluminaron los ojos al ver tanta comida.

—¿Es que es vuestro cumpleaños y se me ha vuelto a pasar? —Fish atrapó a Pen en brazos y siguió bromeando —, porque en ese caso lo siento, pero estoy jodidamente hambriento y ahora mismo podría comerte entera.

Un solo ritmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora