9 | Ese tipo de chico

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9 | ESE TIPO DE CHICO

*The alchemy - Taylor Swift

*All I wanna do is make love to you - Heart (cuando se menciona)

17 años

Penny

Nos colamos entre las piernas de todo el gentío hasta llegar a tres asientos libres, justo en segunda fila, como mi hermano pequeño quería.

—¿Este está mejor? —jadeé después de haber recorrido todas las gradas.

Pareció darse por satisfecho y asintió, dejándose caer sobre el asiento de en medio.

El frío se coló bajo mi enorme chaqueta y me crucé de brazos. En realidad, era de Joe, pero me la prestó hace mucho tiempo y no volvió a reclamarla.

—Vaya, este campo es una pasada —silbó asombrado Bobbie, refugiándose de la inoportuna tormenta en su bufanda un tanto raída, observando su alrededor —. No me puedo creer que, en unos años, vaya a estudiar aquí.

Le tendí una sonrisa, entre emocionada por ello y entristecida al mismo tiempo. No veía el momento de que Bobbie llegara al instituto. Sabía que, en caso de estar en apuros, sabría defenderse pero, para mí, siempre sería mi pequeñín, y la sola idea de que alguien le hiciera daño me provocaba un dolor en el pecho insoportable.

El corazón me dio un vuelco en cuanto todos los aficionados se pusieron en pie, recibiendo al equipo que representaba a nuestro instituto.

No solo era uno de los partidos más importantes de la temporada, sino que Ax llevaba estos últimos meses entrenando y trabajando mucho más duro de lo normal —pese a ser igualmente muy constante—. No salía demasiado, entrenaba una hora más al día y había dejado los ensayos a un lado, ya que no tenía tiempo suficiente para todo.

Se lo había dicho durante todo este tiempo en los pocos ratos que conseguíamos vernos en nuestra hora libre, pero no podía estar más orgullosa y feliz por él. Pasara lo que pasara, sabía cuánto se había implicado y entregado a ello, y eso ya era más que suficiente.

Con el nueve en la espalda, Ax O'Brien salió trotando junto a sus amigos hacia el campo. Su uniforme verde oscuro quedaba dolorosamente bien en contraste con su bronceada tez aunque, para ser honestos, dudaba que pudiese haber algo que le quedara mal a ese chico.

—¡Mira, Penny, es Ax! —Gus, emocionado, se subió a la silla para poder ver sobre las cabezas que le ocultaban la visión y dio saltitos, emocionado.

Tras el día en el parque, mis hermanos no dejaban de mencionar lo guay que era mi amigo y lo mucho que habían disfrutado patinando. Por eso, cuando Ax volvió a aparecer la siguiente vez que Joey se olvidó de ellos en el colegió, Bobbie ni siquiera pareció compungirse por lo que había ocurrido, por lo desastrosa que era nuestra familia. Simplemente codeó a Ax como si fuese uno más de la familia y charló con él tranquilamente, aprendiendo sus trucos con el patín. Admirándolo casi tanto como lo hacía yo.

Los jugadores aplaudieron en nuestra dirección y se prepararon frente a los contrincantes, listos para comenzar el juego. No pude evitar sentir una punzada de preocupación en el estómago al ver lo grandes que eran los de el otro instituto. Sabía que Ax y sus compañeros estaban en plena forma y estaban acostumbrados a recibir varios golpes por partido, pero eso no quitaba que fuera una verdadera cruz tener que verlo en persona. Si le hiciesen daño...

—Los paletos que faltaban —murmuró Bobbie, cuando una gran mano aterrizó en su pelo, alborotándoselo pese a tenerlo corto.

—¿Qué hay, chavales? —preguntó Fisher, ocultándonos la vista cuando se dio por comenzado el partido. Avanzó para encontrar un sitio junto a Bobbie. Un par de hombres le lanzaron varias miraditas y este silbó, alzando las cejas —. Joder, cómo están algunos de par de mañana.

Un solo ritmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora