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¿Cómo llegaste a esta situación?
¿Pero te quejabas ? No.
—Ambos necesitan calmarse —miras a ambos hombres, con las manos firmemente en sus brazos mientras te sientes casi particularmente atrapada por ellos.
—Es fácil para ti decirlo —dijo Zayne primero, nunca lo admitiría en voz alta, pero Dios , no pudo evitar relajarse inmediatamente bajo tu toque. Sylus, por otro lado, era más arrogante.
En lugar de relajarse como lo hizo Zayne, se inclinó hacia abajo, levantando tu rostro para que lo miraras. Su sonrisa se hizo más amplia: "¿Cómo podría estar tranquilo cuando estoy a punto de tenerte solo para mí? Siento que ya gané".
Zayne te alcanza primero antes de que pudieras responderle: "Se supone que debemos compartir". Zayne señaló con una mirada severa a Sylus, quien ya estaba gateando sobre ti para abrazarte más cerca.
—Estamos compartiendo . —Los ojos de Sylus se oscurecieron. Su voz era tan petulante que sonaba francamente burlona. Pero no estaba mirando a Zayne, te estaba mirando a ti . Se inclinó justo al lado de tu oído para susurrar: —No te importa que compartamos, ¿verdad, cariño?
Literalmente podías sentir un escalofrío recorriendo tu columna vertebral. Demasiado débil para responder, solo asentiste lentamente.
Zayne solo pudo observar cómo Sylus sonreía y se inclinaba para capturar tu boca en un beso profundo. La mano de Sylus se movió hacia tu mandíbula, manteniendo tu cabeza inclinada hacia arriba antes de pasar su pulgar hacia tu labio inferior para abrir tus labios mientras su lengua se deslizaba dentro de tu boca.
Es como si quisiera que Zayne escuchara el sonido silencioso de tu jadeo, de ti derritiéndote en el beso y de ti dejando escapar un gemido que sólo él podía oír.
Zayne contuvo un suspiro cuando deslizaste tu mano debajo de su camisa, extendiendo la mano hacia él, sintiendo tu mano contra su pecho. Estaba desesperado por tocarte, sin embargo, su paciencia era escasa. Ya llegaría su turno.
Fue Sylus quien rompió el beso primero. "Eres tan fácil de excitar. Podría verte así toda la noche, pero conozco a alguien que se muere por probarte por sí mismo, cariño".
La mano de Zayne no perdió tiempo en acercarse a tu rostro y ahuecar tu mandíbula. Levantó tu cabeza hacia él mientras te besaba. Mantuvo su lengua bajo control, por mucho que disfrutara de que gimotearas en su boca. Estaba tan celoso que era casi insoportable.
—Bueno, bueno, bueno —dice Sylus con voz pausada—, parece que nuestra chica está disfrutando de la atención. —Levanta tu camiseta antes de pasar un dedo entre tus pechos, que ya no llevan sujetador, y luego baja para rodear tu ombligo de forma provocativa.
Zayne se burla cuando se separa de tus labios por un momento: "Por supuesto que lo es. ¿Por qué no lo sería?" Se inclina hacia atrás para capturar tu boca en otro baile de besos vertiginosos.
