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"Mi señora", llama una voz rica pero sensual. Te mueves incómodamente en tu sueño, queriendo descansar un poco más.
—Mi señora —repite la voz con firmeza. Aun así, la desestimas refunfuñando y negándote a abrir los ojos.
"Mi señora". Huh, eso es raro. ¿Por qué esa voz suena como...?
"Mi señora." ¿Sylus? Abrís los ojos de golpe al reconocer quién te llamaba, aunque no sin un sorprendido "oh, dios" porque Sylus estaba a escasos centímetros de tu cara.
Inmediatamente, te sientas, te frotas los ojos y tratas de procesar lo que estaba sucediendo. ¿Dónde estabas? ¿Cuánto tiempo estuviste inconsciente? Y lo más importante, ¿por qué Sylus te estaba llamando "mi dama"? No es que tuvieras ningún problema con eso, pero aún así... tus ojos se abren de par en par cuando te encuentras en un sofá de terciopelo en una especie de elegante salón.
Extiendes los brazos frente a ti y miras estupefacta los ajustados guantes de cuero que envuelven tus manos. Confundida, miras hacia abajo mientras te acaricias el cuerpo. Un vestido rojo sedoso, de corte A, abrazaba tu figura, y no pudiste evitar admirar los hilos de perlas brillantes que colgaban alrededor de tu cintura y cuello.
Esperando respuestas sobre cómo llegaste aquí y por qué estabas vestido tan bien, te giras para mirar a Sylus, quien estaba arrodillado en el suelo junto al sofá para recibirte a la altura de los ojos. No puedes detener el jadeo que sale de tu boca. ¡ ¿Son esas orejas de gato?!
No importa el hecho de que Sylus estaba vestido con un elegante esmoquin escarlata que combinaba con el tono de tu vestido. No importa el hecho de que se veía bien con una corbata, tan bien que querías tirar de ella. No importa el hecho de que estaba usando un par de guantes blancos limpios que delineaban sus dedos tan bien. ¡ ¿Qué pasaba con las orejas de gato?! ¡¿Y una cola también?!
—Umm —comienza usted—. ¿Qué pasa con...? —señala su cabeza, esperando que entienda. No podría importarle menos formular oraciones adecuadas. En este momento, quería respuestas. ¿ Dónde estaba? ¿Por qué estaba vestido tan bien? ¿Por qué diablos Sylus lleva orejas de gato y cola? ¿Y por qué el conjunto de caracal le quedaba tan bien?
Los ojos carmesí de Sylus se mueven hacia arriba tiernamente como si estuviera tratando de ver las orejas por sí mismo. Luego, vuelven a caer hacia ti, pero no sin una risita. "Son orejas de gato, mi señora", responde en tono burlón. " ¿No es obvio?" Con eso, las orejas se mueven con entusiasmo. Sí, lo viste bien. En realidad se movieron.
"Mierda", murmuras mientras estiras la mano para acariciarle las orejas. "¿Puedo?"
Sylus sonríe mientras te da un solo asentimiento, cerrando los ojos para transmitirte que eres más que bienvenido a tocarlo.
