17. Escandalo

34 10 12
                                    

El sol entraba por las cortinas mal cerradas, iluminando un panorama caótico. El aire estaba impregnado de un leve olor a alcohol y cigarrillos, y botellas vacías y ropa desordenada decoraban la habitación del hotel. En una de las camas, Mick roncaba con la boca abierta, mientras John, a su lado, estaba en una posición que desafiaba las leyes de la comodidad.

Lily yacía en el sofá, con un brazo colgando, mientras su cabello desordenado cubría parte de su rostro.

Haerin abrió los ojos con dificultad. Su cabeza latía como un tambor y su estómago daba vueltas. Aún aturdida, se incorporó lentamente, mirando el desastre que habían causado.

La escena parecía un reflejo de lo que sentía por dentro.

Caminó descalza hacia el baño, evitando pisar los vasos rotos y los envoltorios tirados.

Cerró la puerta detrás de ella y se apoyó contra el lavabo antes de vomitar.

El agua fría en su rostro le trajo algo de alivio mientras se cepillaba los dientes, intentando borrar el sabor amargo de la noche anterior.

Abrió la ducha, dejando que el agua tibia cayera sobre su cuerpo.

Cuando terminó, se secó con una toalla áspera del hotel y buscó algo cómodo para ponerse: un vestido blanco, sencillo, que caía con ligereza sobre su figura, y unas sandalias.

Con su bolso en mano, se asomó a la habitación. Todos seguían profundamente dormidos, los ecos de la noche anterior claramente visibles en sus rostros cansados y en el desorden que les rodeaba.

Sin hacer ruido, Haerin salió, cerrando la puerta con cuidado detrás de ella.

El pasillo del hotel estaba en calma, y al bajar las escaleras y salir a la calle, se encontró con un mediodía brillante.

La brisa cálida le golpeó el rostro mientras caminaba hacia una pequeña cafetería que había notado la noche anterior, antes de que todo se descontrolara.

♫⋆。♪ ₊˚♬ ゚.

Después de pagar su cuenta, salió del café. A pocos pasos, vio un pequeño estante de periódicos atendido por un hombre mayor.

Algo le llamó la atención: en la portada de uno de los diarios había una foto que le resultaba demasiado familiar. Sintió un nudo en el estómago mientras se acercaba.

—¿Podría ver ese periódico, por favor?—preguntó con una sonrisa tensa.

El hombre asintió con amabilidad y le tendió el periódico.

Haerin lo tomó con manos ligeramente temblorosas, sus ojos enfocándose de inmediato en el titular escrito con grandes letras:

"¿LA NUEVA NOVIA DE JOHN LENNON?"

Debajo del titular, la fotografía lo decía todo. Allí estaban ellos dos, en el club nocturno: John tomándola de la mandíbula, besándola apasionadamente, mientras el flash iluminaba sus rostros.

Haerin sintió que su corazón comenzaba a latir con fuerza.

¿Qué dirá Yoko cuando vea esto?

Fue lo que pensó Haerin.

Miró más abajo, donde el artículo describía su presencia en el club, con detalles innecesarios sobre su cercanía con John y una interpretación sensacionalista del momento.

Magnetic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora