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⇢ ESTÁS DEMASIADO BORRACHA PARA RECONOCER A TU NOVIO
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Esta es una de las raras ocasiones en las que MIKEY comparte su comida. Cuando finalmente has dejado de luchar contra él por la última botella de alcohol, empiezas a quejarte de tu repentina hambre, así que él desliza su plato de nachos hacia ti.
Te observa mirándolo por un segundo antes de que levantes la mirada hacia él. "Tengo novio, ¿sabes?", le dices, tu intento de ser amenazante sale patéticamente a la luz mientras la actitud que gotea de tu tono se ve atenuada por tu habla arrastrada. Mikey no necesita que el club esté bien iluminado.
Las luces estroboscópicas ya iluminan tu rostro lo suficiente para que pueda ver claramente tus ojos vidriosos y tus mejillas sonrojadas. "Lo sé", confirma con un dejo de exasperación, "porque soy yo. Mikey. Tu novio". Enfatiza sus últimas palabras, su último esfuerzo por hacerte entrar en razón, pero solo dejas escapar una carcajada que lo toma por sorpresa. "Buen intento, pero Mikey nunca comparte su comida".
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—Ya basta —Draken te arrebata la última de tus muchas bebidas de la noche antes de que puedas beberla de un trago. Siendo el novio perceptivo que es, ya puede oír la queja que está a punto de escaparse de tu lengua, así que rápidamente te toma de la muñeca, te levanta de tu asiento y te lleva hacia la puerta. —¿A dónde me llevas? —preguntas tan claramente como tu estado de ebriedad te lo permite, no tanto, pero lo suficiente para que tu novio lo entienda. —A casa. —Ante su respuesta cortante, apartas tu mano de su agarre con una fuerza que sobresalta incluso al ex vicepresidente de Toman. —¿Qué diablos estás haciendo? —sisea Draken para que no hagas una escena en público. —Voy a llamar a mi novio —le adviertes—, apuesto a que puede patearte el trasero. —¿Sí? Me gustaría verlo intentarlo.
