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Creo que la intimidad es el nuevo tipo de amor puro. Conocer a alguien a un nivel más profundo es algo que va más allá del simple apego, va más allá de la simple pero necesaria necesidad de validación.
Ser íntimo significa estar en el mismo nivel de frecuencia que una persona y comunicarse eficazmente con cada palabra, cada acción y cada mirada.
La intimidad no es algo que sólo se encuentra bajo las sábanas hasta que el sudor, las lágrimas y la excitación humedecen el colchón. Su verdadera naturaleza se encuentra entre las acciones de tu vida cotidiana, momentos que no necesitan ningún tipo de razón particular para suceder y, sin embargo, se sienten especiales porque estás allí, estás conectado.
Sólo te has dado cuenta brevemente de algo así mientras el aire entra y sale de tus pulmones frenéticamente, tu respiración se vuelve corta e irregular y la adrenalina corre por tus venas a toda velocidad con cada bombeo de tu músculo vital.
Tus piernas casi tiemblan y tus pies duelen levemente, tus ojos se lanzan a la persona frente a ti con un brillo excitado y rebelde, el brillo de la vida.
Llevas diez minutos huyendo de Mikey porque le has quitado las llaves de su moto.
Últimamente ha estado pasando todas las noches con Toman, sin pasar ni siquiera por su casa para decirle buenas noches porque las reuniones siempre terminan tarde en la noche.
Sabes que él siempre hace lo mejor que puede para compensarte por el tiempo perdido con sus formas de llevarte tus dulces favoritos a la escuela, llevarte a casa y pasearte por la ciudad en su bicicleta cuando lo necesitas, enviarte un dulce mensaje al azar durante el día para saber cómo estás, nunca perder la oportunidad de abrazarte, besarte o mantenerte cerca cuando pasas, y aún así... No puedes evitar extrañarlo más que a nada.
Intentaste hablar con él sobre ello, pero él prefiere que no te involucres demasiado en sus negocios de pandillas: teme por tu seguridad y no quiere que cientos de tipos llenos de testosterona se acerquen a su amada.
No temes nada cuando él está a tu lado, pero aún así te rechaza cuando le pides que lo acompañes: ha perdido a demasiadas personas que le importaban por su bien y no tiene intención de ponerte en el más mínimo peligro.
Esto tenía que cambiar.
Por eso le estás impidiendo acudir a la reunión de Toman hasta que tome una decisión.
—¡T/N! ¡Llegaré tarde, por favor, devuélveme esas malditas llaves, maldita sea!
Su voz sale disparada desesperadamente, pequeñas bocanadas de aire saliendo de su boca mientras intenta recuperar el aliento: ¡Eres rápido, por el amor de Dios!
