¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Le dedicaste una adorable sonrisa a tu tía cuando te elogió por tu vestido rosa. "Gra-gracias, señora Baji". "Ay, mírate, ¡has crecido tanto!" ¿Crecida? Parecías una niña grande ahora, te reíste al pensarlo. Niña grande... ¡yay!
"Espero que no haya sido un problema", dijo la Sra. Baji con una expresión vacilante. "¡Para nada!" Tu mamá intervino. "¡No nos perderíamos la fiesta de inauguración de tu casa por nada del mundo!". Tu mamá continuó. La Sra. Baji se rió entre dientes. "¡Oh! T/n querida, ¿no irás a ver a Kei ?" Tu sonrisa se desvaneció al pensar en él.
Asentiste con la cabeza, "Estoy segura de que está ocupado, no quisiera molestarlo", tu voz se desvaneció lentamente. "¡No seas tonta! A ustedes dos les encanta jugar juntos, recuerdas las veces en las que te quedabas en su habitación todo el día jugando y ni siquiera querías ir a casa " . Sí, claro, "jugando". Soltaste una risa nerviosa, pero afortunadamente las dos mujeres mayores fueron atraídas por otros invitados. Suspiraste de alivio. "Necesito agua". Fuiste a la cocina a buscar un vaso de agua porque de repente tu garganta se secó.
Sacaste una taza del armario y la llenaste. "¿Qué tenemos aquí~?" tu sangre se heló ante su voz, te giraste pero te sobresaltaste por lo cerca que estaba. "Hey i-itoko-san" tragaste saliva, él te mostró su infame sonrisa que mostraba sus afilados colmillos. "Bueno, hola, bebé~" su aliento abanicando sobre tus oídos. Siempre fue mucho, mucho más alto que tú. Y su cuerpo musculoso, sus manos enormes, su pelo largo cayendo sobre sus anchos hombros, sus nudillos magullados te hacían sentir muy mojada. Se lamió los labios "¿Por qué no viniste a mi casa? ¿Ya no te gusto?" dijo con una expresión herida. Pero en su mente sabía que todo era una fachada. Jadeaste, "¡No! Kei, sabes que nunca sería así... es solo que..."
"¿Es qué, eh?" dijo un poco más alto, lo que te asustó.
Recuerdas su reputación cuando era un adolescente, quemando autos, desnudando a la gente y golpeándola. "No-no, solo pensé..." "¡Hmmm, ya no eres mi prima favorita!" Se encogió mentalmente de sí mismo cuando dijo eso, siempre serías su favorita, para siempre, sin importar qué. "¿Qu-qué?"
Sonrió. Te pillé. Ahora solo tenía que hacerse el pequeño malo, pero sabe que su comportamiento malo te pone muy mojada. "Me voy a ir a la cama, ella es más agradable que tú" tu respiración se entrecortó. Nunca te gustó ir a la cama, siempre fue tan malo y te dijo cosas desagradables.
Él puso los ojos en blanco y se alejó, agarraste su musculoso antebrazo "¡No-no digas eso! Lo siento" murmuraste tu disculpa aunque él la escuchó. Su sonrisa llegó a sus dos orejas. "Está bien, entonces... pruébalo" Se inclinó hacia ti en el punto perfecto para ver tu escote. El vestido rosa era tan escueto, ¿no te diste cuenta? Él te había estado mirando toda la noche. Esperando que te acercaras a tu 'kei' y lo saludaras tiernamente como siempre. "¿Cómo?" preguntaste mirándolo con tus ojos brillantes.
