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Los hermanos de Yuzuha no están en casa hoy, por lo que los dos podrían hablar de cualquier tema sin temor a que alguien los escuchara, por esa razón, estaban hablando de cosas que no habían hablado directamente antes.
Mientras estabas en la habitación de Yuzuha, hablasteis de relaciones y cosas así, realmente no te gustaba hablar de eso, hasta que Yuzuha empezó a hacer ese tema un poco más interesante.
—¿Alguna vez has besado a una chica? —preguntó con una breve risa, curiosa por tu respuesta, estabas un poco avergonzada por la pregunta, a pesar de que Yuzuha era tu mejor amiga, no sabías qué esperar si decías que te gustaban las chicas.
"¿Yo besar a una chica? ¡C-claro que no!" Dijiste, mirando hacia otro lado, dejando que el nerviosismo se reflejara en tu rostro preocupado.
Yuzuha todavía con una sonrisa en su rostro, cerró los ojos y negó con la cabeza. "¡Tonta! No me mientas, sé que te atraen otras chicas". Nuevamente, reformuló la pregunta, claramente no podías mentir en esa situación, pero a pesar de todo, por mucho que te gustaran las chicas, nunca habías besado a ninguna.
—Nunca tuve mi primer beso, ¿lo entiendes ahora? —Una vez más diste tu respuesta.
—Tranquila, ¡yo tampoco he besado a nadie nunca! Pensé que ya lo habías hecho... Eres tan atractiva —habló Yuzuha inmediatamente, incrédula por el hecho que acababa de descubrir—. Tú también eres atractiva —sin pensarlo mucho, verbalizaste tus pensamientos en ese momento.
Yuzuha te miró sonriendo de nuevo, acercándose extrañamente a ti. "¿Me encuentras atractiva?" Te susurró dejándote la piel de gallina por todo el cuerpo, asintiendo con la cabeza en afirmación, confirmaste su afirmación.
—¿Oye? ¿Qué te parecería... ya sabes, darnos nuestro primer beso juntas? —La pelirroja fue clara en su atrevida propuesta, mirando sus labios y acariciándolos ligeramente con sus suaves manos—. Por mí está bien. —En pocas palabras, aceptaste la oferta, acercándote a Yuzuha y permitiendo que sus labios se encontraran con los suyos.
Un beso sin mucha prisa, con cada vez más deseo de ambos lados, Yuzuha daba pequeños tirones en tu cabello mientras el beso se hacía más intenso, tú solo deslizabas tus manos alrededor de la cintura de la chica, y cuando te diste cuenta, Yuzuha colocó su mano en tus muslos, levantando suavemente la falda blanca del uniforme escolar que llevabas, como no eras nada tonta, hiciste lo mismo, bajando tus manos hasta la falda negra del uniforme escolar de la pelirroja.
—Y-yuzuha, ¿esto no afectará nuestra amistad? —En una pequeña pausa en el beso, dijiste, algo sin aliento—. ¿Quién te dijo que dejaras de besarme? La chica te jaló de nuevo y tú no te detuviste allí.
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