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Una cosa acerca de tus amigos Emma y Senju es que tienen una buena manera de ponerte en situaciones muy comprometedoras.
Te sientes incómoda simplemente estando parada afuera del dormitorio de Keisuke con Senju y Emma detrás de los árboles para ver si realmente lo harías. Sabían que estabas muy enamorada de Keisuke desde que comenzaste la universidad y que apenas podías hablar con él porque eras extremadamente tímida, solo asentías o jugabas con tus dedos cada vez que te preguntaba sobre tu día o si necesitabas ayuda con algo.
Emma fue la primera en notar que estabas locamente enamorado del mejor amigo de su hermano, antes de burlarte de ello con Senju. "¿Te gusta su pelo largo y oscuro?", se burló de ti con una obvia sonrisa burlona, en la que simplemente esconderías tu cara en tu almohada. "¿O es su sonrisa de vampiro? ¿Su pecho ancho y sus brazos tonificados? ¿O la forma en que tu nombre suena con su voz?"
Pero las burlas eran solo burlas y ellos respetaban tus deseos de no hacerte nada vergonzoso cuando Baji estaba cerca.
Hasta que apareció este estúpido juego de verdad o reto.
No puedes creer a Senju. "Te reto a que le enseñes los genitales a Baji", eso es lo que te había retado a hacer. ¿Qué tan obvia puede ser? ¿Y si te metes en problemas por hacer algo tan tonto como enseñárselos? Esta fue una mala idea de principio a fin y realmente no querías hacerlo. Pero era esto o beber ese horrible brebaje que tú, Senju y Emma prepararon y no te imaginabas envenenado por la comida en un futuro cercano.
"Estoy hablando de Keisuke Baji", piensas mientras te quedas afuera de su ventana, haciendo girar los extremos de tu suéter entre tus dedos. "Sin duda, uno de los chicos más atractivos del campus, con chicas y chicos apiñándose a su alrededor en cuestión de segundos. No quiero avergonzarme haciendo esto".
Tu teléfono vibra fuerte y rápidamente lo abres para ver que fue Emma quien te envió el mensaje de texto.
Emma: Prepárate, he llamado a Baji para que vea una sorpresa especial que le espera afuera 😉Tú: Te odio a ti y a Senju, literalmente.
Estabas a punto de escribir algo más cuando las luces de la habitación de Keisuke se encendieron, lo que te hizo guardar rápidamente el teléfono en el bolsillo y girarte para mirar hacia la ventana. Por un momento, consideras acobardarte y salir corriendo, pero la imagen mental de ese brebaje bajando por tu garganta te provoca un escalofrío en la columna.
Una figura alta y sombría se dirige hacia las persianas de la ventana y las abre, revelando a un cansado Keisuke que se frota los ojos con sus grandes dedos y murmura algo sobre Emma llamándolo a una hora tan intempestiva. Tu corazón se acelera mientras Keisuke examina el exterior de su dormitorio hasta que te ve desde abajo.
—(Nombre) —su tono denota sorpresa mientras te mira con ojos cansados—. ¿Qué estás haciendo aquí abajo? Hace un poco de frío afuera...
