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"me tenía-"
"¡IZANA!"
La puerta de la habitación de Izana se abre y Emma entra con una mirada fulminante en su rostro.
—Te estaba llamando en el último minuto, ¿no me escuchaste? —pregunta la más joven de los sano mientras cruza los brazos y mira fijamente al hombre bronceado que yace en su cama, con la manta hasta la nariz.
—¿Qué? —pregunta Izana, mientras se acurruca más cerca de su almohada .
"¿Has visto mi funda rosa para el móvil? (T/N) y yo vamos a pasar la noche juntos y tenemos pensado hacernos fotos con las fundas de móvil a juego", dijo mientras hurgaba en los cajones de Izana.
—Tsk. ¿Por qué demonios estaría en mi habitación? ¿Le preguntaste a Mikey? —pregunta Izana, un poco enojada con Emma por revisar sus cosas.
"Dijo que tal vez lo supieras". "Emma, no está aquí, ve a ver su habitación".
Emma suspira y cierra el cajón superior.
—¿Por qué la manta está tan arriba, Zana-nii? —pregunta la rubia al notar la forma inusual en que su hermano estaba acostado en su cama.
—Eh, sentí frío —Izana tose, Emma lo mira con una ceja levantada, sin creer nada de lo que dice.
"...seguro." Emma se queda callada. "De todos modos, (T/N) estará aquí en unos minutos." Izana levanta una ceja ante esa declaración. ¿Qué se suponía que debía hacer?
"...¿de acuerdo?",responde Izana y Emma suspira inmediatamente después. " Por favor, prométeme que serás amable con ella".
Izana permaneció confundido y Emma suspira una vez más porque claramente, su hermano no entiende las indirectas.
"Ella... siente algo por ti, así que si al menos pudieras ser decente, te lo agradecería mucho", dice Emma antes de girarse hacia la puerta, abrirla y salir.
"Por cierto, por favor no le digas que dije eso", dice Emma antes de cerrar la puerta por completo, dejando a Izana en su habitación.
Una vez que Izana escucha los pasos de Emma desaparecer, un fuerte resoplido sale de sus labios.
Se quita la manta que lo cubría, revelando que estaba mirando hacia abajo, sobre sus sábanas, sin mirar su rostro.
—Entonces... ¿sientes algo por mí? —Chasqueaste la lengua y le diste un puñetazo en el pecho, mirando con enojo cómo su risa parecía duplicarse.
"Cállate", murmuras. Izana deja de reír, con una sonrisa todavía en su rostro mientras te acerca más a su pecho.
"No puedo creer que Emma me delate de esa manera". Haces pucheros y te acurrucas más cerca de él, él se ríe una vez más antes de darte un beso en la frente.
—Está bien, cariño. Ella solo me lo dijo porque me escuchó contárselo a Mikey. —Parpadeaste, procesando sus palabras.
"¿Le confiaste a Mikey ?"
"Sí, amor. Era la única persona en la casa, o eso pensé".
—Sí, pero ¿Mikey? —gruñe Izana—. Sé que no fue una buena decisión. Me dio consejos inútiles.
"¿Qué te dijo?" "Golpeé a alguien frente a ti para demostrar lo fuerte que soy o algo así. Dejé de escuchar a mitad de camino".
Soltaste una risita ante sus palabras. "Lo que sea. Funcionó. Ahora estamos juntos". Izana sonríe antes de levantar tu rostro para presionar un suave beso en tus labios.
" Ganda mo talaga, mahal ". Tu rostro se calentó ante la repentina caída en su tono antes de besar sus labios una vez más, disfrutando del silencio entre tú y tu amante.
"Todavía no puedo creer que le hayas preguntado a Mikey".
" Querido, detente. "
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