POV: Aoom Thaweeporn
Habían transcurrido alrededor de dos horas desde el primer momento en que me encontré con el futuro tirano del imperio estando ni más ni menos que entre los brazos de mi silenciosa esposa. No lo pude asimilar durante los primeros minutos aún cuando lo tenía frente a mí, así que decidí con calma tomar al niño para luego llevarlo en dirección del baño queriendo limpiar sus mejillas envueltas en polvo y sangre seca que habían quedado quizás desde cuando, Meena al percatarse de mis claras intenciones simplemente me siguió el paso manteniendo toda su atención en el pequeño que tenía entre mis brazos como si estuviese esperando que él hiciera algo contra mi para poder alejarlo de mis extremidades. Debo admitir que fue netamente mi culpa lo que sucedió al ingresar en la habitación, francamente no fui capaz de comprenderlo como correspondía; había invadido demasiado su espacio así que no fue para nada una sorpresa que él terminara mordiendo mi mano hasta conseguir soltarse de mi agarre. No lo iba a negar, realmente fue doloroso, las marcas de sus pequeños dientes no tardaron en quedar envueltas alrededor del contorno de mi pulgar al punto de que se podía ver como la sangre lentamente envolvía la zona, pero aún así me las arreglé para mover mi otra extremidad agarrando la muñeca de mi acompañante antes de que está decidiera sacar su espada con claras intenciones de querer asesinarlo. No podía dejar que el futuro príncipe heredero muriera antes de tiempo, mucho menos bajo las manos de mi esposa, así que la sostuve con todas mis fuerzas mientras que vela como el pequeño niño simplemente huía en dirección de unas de las paredes donde no dudó en presionar bruscamente su espalda en señal de estar buscando algo de protección.
Me quedé en silencio viendo la forma en que su pequeño y delgado pecho desnutrido subía y bajaba con la suficiente fuerza para dejar en claro el pavor que debía estar sintiendo aún cuando sus ojos color rubí me veían con cierta determinación. A pesar de que era evidente el hecho de que estaba completamente aterrorizado el niño aún poseía aquellos característicos ojos determinantes propios de la familia materna de mi esposa; era evidente el hecho de que eran familia lo que me hacía cuestionar cómo era posible de que Meena no se hubiese percatado de ello en mi vida anterior, ¿Realmente no sentía interés por las personas? me cuestioné sin poder entender la razón que le llevó en su vida anterior el esperar más de un año para recién considerarlo parte de su familiar. Por impulso di un paso hacia atrás mientras que elevaba mis manos junto con la muñeca de mi acompañante tratando de dejarle en claro que no tenía intenciones de lastimarlo, o por lo menos no por mi parte.
El niño simplemente entreabrió sus labios tratando de decir algo, pero ante la falta de lengua tan solo un par de quejidos fueron capaces de brotar de su boca hasta que él mismo decidió presionar sus labios entre sí en señal de frustración. Eso también había sido un cambio que en verdad no había estado esperando; se suponía que, cuando él estuviera rondando entre los quince y dieciséis años sería el momento en que ingresaría en el gran palacio junto al apoyo de un tercero jamás revelado. Fue en ese instante que, el mismo Rey había tomado la decisión de cortarle la lengua ante la falta de respeto que el chico había ejercido contra su propia persona, o por lo menos esa fue la información que terminó llegando al anexo donde me encontraba viviendo. A pesar de que nadie tenía el valor suficiente como para decirlo a viva voz, no se podía negar el hecho de que el Rey estaba haciendo todo lo posible para deshacerse de su propio hijo, y aquel pensamiento que todo noble tenía en lo más recóndito de sus mentes, se hizo más presente a la hora que salió la noticia de que el joven príncipe había sido enviado a luchar hacia las fronteras del Norte, lugar, donde tras un año y medio de estar batallando sin parar terminó encontrándose con la fría y solitaria Duquesa del Norte.
Por esta simple razón, se suponía que Seungwang a esta edad debería estar aún conservando su lengua, por ende, el hecho de que no estuviera significaba un gran cambio en la realidad que yo ya conocía, porque si deseaba hacer que su lengua regresará para así continuar con la línea de tiempo de la cual ya había estado siendo presente tendría que buscar a la gran Santa, pero a esta edad, ella aún no posee el suficiente poder Divino como para ser capaz de regenerar una extremidad. Las cosas que ya conocía y de las cuales daba por hecho lentamente habían comenzado a cambiar, en sí, estaban sucediendo una realidad de la cual desconocía.
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La Tirana Del Norte (G!P) MeenBabe
RandomElla era una mujer fría como el clima de sus tierras. No tenía emociones, y el desapego emocional era lo suficientemente grande para ser considerado un problema. Los rumores dicen que estaba maldita, era de conocimiento público que nació con una mal...